jueves, 28 de mayo de 2020

Ser celíaco no es una discapacidad



Ser celíaco es un faena, no una discapacidad.Lo digo por si todavía hay alguna persona en este mundo que así lo crea. Que serán pocas, y mal informadas.

¿Qué es la celiaquía?

Es una enfermedad autoinmune, sistémica y crónica producida por el consumo de gluten y algunas prolaminas relacionadas, en personas genéticamente predispuestas.

Vaaale… y eso ¿qué significa?

Autoinmune significa que en el desarrollo de esta enfermedad interviene nuestro propio sistema inmunológico que, por decirlo de alguna manera, “se confunde” y considera que el gluten es perjudicial "per sé" y actúa en consecuencia. Esas consecuencias son normalmente las lesiones en las vellosidades y la mucosa intestinal por la que el individuo no absorbe correctamente los nutrientes.

Sistémica significa que, aunque los primeros daños son a nivel intestinal, es decir, afectan a la digestión y el metabolismo, el daño se puede presentar en cualquier otros sistemas del cuerpo.

Las personas “genéticamente predispuestas” suelen tener unos halotipos, unos marcadores en el ADN, que implican un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

¿Qué síntomas padece un celíaco?

Los síntomas de esta enfermedad son muchos y muy variados. E incluso, en ocasiones son inexistentes o atípicos, dificultando mucho el diagnóstico.
Entre los síntomas más habituales están:
  • Pérdida inexplicable de peso.
  • Pérdida de apetito.
  • Náuseas, vómitos.
  • Fatiga.
  • Diarrea
  • Distensión abdominal.
  • Retraso en el crecimiento.
  • Alteraciones del carácter: irritabilidad, apatía, tristeza…
  • Anemia por déficit de hierro.
Los síntomas pueden variar según la edad del paciente. Así pues en niños es más habitual la irritabilidad o el retraso en el crecimiento, en jóvenes es muy frecuente la anemia y las molestias estomacales y en los adultos la astenia, la dermatitis o la osteoporosis.




¿Es lo mismo alergia o intolerancia al gluten?
Pues no. No es lo mismo.

Una alergia es una reacción del sistema inmunológico que se desencadena de forma muy rápida ante el más mínimo contacto con el alérgeno (en este caso el gluten). Esta reacción provoca una elevación en sangre de inmunoglobulinas. Varios componentes del trigo, entre ellos el gluten puede producir una reacción alérgica diferente según la vía de sensibilización. Es decir: Por contacto, por ingesta o por las vías respiratorias. Y las reacciones alérgicas son diversas: urticaria, problemas digestivos o alteraciones respiratorios.

La alergia al gluten es menos frecuente que la intolerancia.

La intolerancia se produce sólo ante la ingesta del gluten. Es decir. Cuando esta proteína llega al intestino delgado, se produce una reacción inflamatoria autoinmune que daña la pared intestinal, como hemos dicho antes, y produce los distintos signos de los que hemos hablado.

También existe una sensibilidad al gluten NO celíaca. Esta reacción se produce cuando, a pesar de que la persona no es intolerante al gluten, tiene síntomas parecidos a los celíacos y su estado mejora cuando se retira de su dieta todos los alimentos que contengan gluten.

Si tengo diagnóstico de celiaquía o sensibilidad al gluten, ¿qué debo hacer?.

El único tratamiento efectivo es retirar de tu dieta los alimentos que contengan esta proteína.
De este modo se consigue la recuperación de las vellosidades intestinales, la curación de las mucosas y por tanto la correcta absorción de nutrientes.

Debes tener en cuenta que:
  • Debe haber un diagnóstico previo. Retirar el gluten así sin más, sin un diagnóstico solo conseguiría enmascarar la enfermedad.
  • La dieta debe ser de por vida. Debes aprender a comer sin gluten para siempre. No hay fases de remisión en la enfermedad. Sólo hay ausencia de síntomas si no existen la presencia del gluten.
  • No hay una cantidad de gluten permitida. No todo el mundo tiene la misma reacción ante la misma cantidad, pero la única forma de recuperar la salud de las paredes intestinales es que no se ingiera NADA de gluten.
  • Hay que leer el etiquetado y solo comprar alimentos SIN GLUTEN, no con BAJO CONTENIDO.
  • Los alimentos procesados, tienen más probabilidad de contener algún ingrediente con gluten. Cuanto más natural sea un alimento, más fácil de diferenciar.
  • Pregunta siempre que comas fuera de casa. Hay obligación de informar sobre alérgenos, pero debes preguntar si existen platos para celíacos y si se cocinan aparte.
  • Cuidado con la contaminación cruzada. Si se utiliza un aceite para freír, por ejemplo, éste debe ser para uso único de alimentos sin gluten.
También se deberá extremar la precaución en la limpieza de utensilios y es preferible que las personas celiacas tengan su propia batería de cocina.
En el caso de que tengas un diagnóstico de celiaquía, tus médicos te darán todas las pautas a seguir y un listado exhaustivo de alimentos con y sin gluten. Existen además muchas asociaciones donde pueden aclarar todas tus dudas y recomendarte establecimientos para comprar alimentos especiales.

En Xtusalud tienes alimentos sin gluten, y con todas las garantías.

Para que tengáis una idea clara, la FACE (la Federación de Asociaciones de Celíacos de España) hace esta diferenciación:
Podéis obtener más información en https://celiacos.org/

Si tenéis alguna duda es importante que consultéis a vuestro endocrino y/o nutricionista. Ellos te darán todas las explicaciones que necesites.

Pero si algo hemos aprendido hoy es que la celiaquía es una enfermedad, compatible con una vida perfectamente normal y saludable, que conlleva una serie de ajustes y cierta incomodidad para los que la padecen. Y si los demás la conocemos, será más fácil para todos. Así cuando hagamos una comida y sepamos que algún comensal es celíaco sabremos qué alimentos puede comer y cuáles no.

Protege tu salud y la de tu familia con un seguro a tu medida. ¿Aún no lo tienes?

Xtusalud y la de los tuyos.

martes, 26 de mayo de 2020

¿Qué es mejor, cardio o pesas?




¿Cardio  o pesas? Depende, como diría un gallego.
Pero es que es la verdad. Depende de los que quieras conseguir: bajar de peso, aumentar la densidad ósea, mejorar la masa muscular, tener más resistencia cardiopulmonar, entrenar sin salir de casa, apuntarte a una carrera popular, o fardar de cuerpazo.
Cada tipo de actividad tiene sus beneficios.
Los ejercicios cardiovasculares son aquellos que incrementan el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria, lo que consigue aumentar el gasto calórico y el trabajo del sistema cardiopulmonar. En una sesión de cardio intensa (running, spinning, fitness, zumba…) nos costará hablar a la vez que nos movemos. Así puedes comprobar que estás trabajando correctamente.
Con el cardio consigues:
  • Prevenir ciertas enfermedades como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, la osteoporosis, las cardiopatías…
  • Fortalecer el corazón y los pulmones y optimizar su trabajo.
  • Controlar los niveles de colesterol y triglicéridos.
  • Regular y estabilizar el azúcar en sangre.
  • Reforzar el sistema inmunológico.
  • Aumentar la energía y la resistencia física.
  • Mejora la salud ósea y fortalece huesos, ligamentos y tendones.
  • Mantener el peso estable o ayudar en el objetivo de pérdida de peso.
  • Favorecer el tránsito intestinal evitando el estreñimiento.
  • Eliminar el estrés y la ansiedad.
  • Mejorar el sueño.
  • Reducir el riesgo de depresión.
Las pesas, o cualquier otro ejercicio anaeróbico, como realizar abdominales, planchas, flexiones, dominadas…son un tipo de ejercicio de alta intensidad en un intervalo corto de tiempo. Anaeróbico significa sin oxígeno y hace referencia a que en este tipo de ejercicio la energía utilizada por los músculos no precisa de un aporte extra de oxígeno



¿Qué consigues con el ejercicio anaeróbico?
  • Desarrolla y fortalece la masa muscular.
  • Mejora la resistencia al esfuerzo.
  • Evita el exceso de grasa.
  • Mejora la coordinación y el equilibrio.
  • Reduce el riesgo de caídas.
  • Fortalece las articulaciones reduciendo el riesgo de lesiones.
  • Mejora la atención y la memoria.
  • Aumenta la densidad ósea alejando el riesgo de fracturas.
  • Mejora le transporte de oxígeno a las células.
  • Previene enfermedades como la diabetes.
En un principio este tipo de ejercicio no se recomienda para perder peso, ya que el ejercitar los músculos y aumentar su masa, el efecto en la báscula sería el contrario. Sin embargo, cuando se tienen más músculos, la energía que se necesita es mayor, por lo que el metabolismo basal aumenta. Esto significaría a priori (aunque es algo más complicado que una simple cuenta) que ingiriendo las misma calorías nuestro cuerpo gastaría más y bajaríamos de peso.
De cualquier modo, los expertos recomiendan no realizar de forma exclusiva ejercicios anaeróbicos, y combinarlos con entrenamientos aeróbicos que aumenten la frecuencia cardiaca y respiratoria.
También es bueno que antes de empezar una sesión de pesas, abdominales o tabla, se caliente la musculatura con algún ejercicio aeróbico, como caminar, correr, o hacer un rato de bici estática, por ejemplo.
Si precisas de un extra de energía tienes opciones en tu tienda natural Xtusalud y en nuestra parafarmacia.
Pero no hay milagros que valgan, el esfuerzo debes hacerlo tú. 💪
Así que tenlo en cuenta. Si quieres modelar tu cuerpo y mantener un peso adecuado y estable combina los dos tipos de ejercicios y los resultados serán espectaculares. Confía en tu nutricionista si quieres controlar tu dieta y quédate tranquilo con un buen equipo de profesionales que cubra todas tus necesidades y las de tu familia.
¿A qué esperas? Xtusalud y la de todos los tuyos.

martes, 19 de mayo de 2020

Antinutrientes Vs Superalimentos





Antinutrientes Vs Superalimentos. Me parece que te estás haciendo un lío. Y no me extraña, porque lo mismo decimos que los superalimentos son lo más, como que son lo menos, como que hay que comer verduras como si no hubiera un mañana, como que cuidado que nos vamos a intoxicar por culpa de los antinutrientes.
Pero para eso estoy yo aquí. Para resolver estas dudas y sepas a qué atenerte.
He comentado alguna vez que en realidad los superalimentos no existen como tales. Se considera así a aquellos alimentos con un porcentaje de nutrientes buenos bastante alto, y que por tanto debería formar parte de una dieta sana. Pero, ningún alimento, por bueno que sea, va a curar ninguna enfermedad por sí mismo, ni va a evitar que enfermemos y ni siquiera va a cubrir TODAS nuestras necesidades nutricionales.

Antinutrientes

Ahora vamos con los antinutrientes. Algunos nos han puesto los pelos como escarpias al afirmar que si tomamos muchas verduras o cereales o legumbres, podemos intoxicarnos con estas sustancias y eso NO es verdad.

Los llamados antinutrientes son compuestos químicos presentes en algunos alimentos, principalmente las plantas, que interfieren en la absorción de otros nutrientes y pueden producir en ocasiones molestias intestinales. A las plantas les sirve como mecanismo de defensa, que ya los animales “conocen” estos efectos nocivos y no se comen esos cultivos.
Los humanos hemos desarrollado la capacidad de comer y/o manipular estos alimentos para que no nos hagan daño, o el daño sea mínimo, en las cantidades habituales de consumo.

Me explico. Sí que es cierto que algunos alimentos contienen antinutrientes que van a interferir en la absorción y metabolismo normal de algunos nutrientes, pero esa “interferencia” sabemos suplirla con otros alimentos que complementan nuestra dieta o somos capaces de evitarla gracias a la forma en la que cocinamos nuestros platos. Y en ningún caso, un antinutriente resta beneficios al alimento en sí.

¿Cuáles son los antinutrientes más conocidos?
  • Los oxalatos. Estos antinutrientes impiden o interfieren en la correcta absorción de algunos minerales como el calcio, el magnesio, el cobre, el cinc o el hierro. Lo encontramos en verduras oscuras como espinacas o acelgas, en cereales integrales o en las judías. Algunas personas que toman muchas verduras de este tipo, pueden tener malas digestiones, o pequeñas diarreas.
  • La saponina. Dificulta la absorción del hierro. Es decir, el hierro de los alimentos que contienen este antinutriente es menos “biodisponible”. La encontramos en la quinoa o en las legumbres.
  • Los filatos. También dificultan la absorción del hierro, además de la absorción del calcio o del zinc. Y compiten con algunas enzimas como la pepsina (que ayuda a degradar las proteínas en el estómago). Están presentes en legumbres, frutos secos, semillas y cereales integrales.
  • Los taninos. Estos os suenan seguro del vino. ¿verdad? Tienen propiedades buenas para el organismo porque son antioxidantes y antiinflamatorios, pero interfieren en la absorción del zinc, del hierro y del cobre. Además de en el vino, están presentes en el café y en el té. Por eso, si por ejemplo has tomado una comida rica en hierro, deja el café para la merienda, así su absorción será completa.



Así explicado, alguno me dirá: ¿Ves? ¡¡Las verduras y legumbres son lo peor!!
Que no….que los beneficios de estos alimentos compensan ampliamente los pequeños inconvenientes de estas compuestos. Pero lo que está claro es que no se puede vivir solo de acelgas, o de cereales integrales. La dieta, cuanto más variada sea, mejor.
Además, el ser humano es muy listo y sabemos lo que podemos hacer para minimizar los riesgos de un exceso de antinutrientes:
  • Pon a remojo las legumbres. Como se ha hecho toda la vida. No para que no quedaran duras, que también, sino para que los antinutrientes se desprendan y se diluyan. Antes de cocinar se lavan de nuevo y listo.
  • Remoja los cereales. La avena, o la quinoa, que es un pseudo cereal, elimina sus antinutrientes si se remoja antes de cocinar. También tostando los cereales (como el maíz o el arroz) se eliminan estos compuestos.
  • Desecha el agua de cocción de algunas verduras, sobre todo de las espinas o las acelgas. Así los oxalatos se eliminan.
  • Cocina las legumbres a temperatura adecuada, porque los antinutrientes son termosensibles. En el caso de, por ejemplo, del falafel, que utiliza garbanzos sin cocer, el remojado será más importante si cabe. El resto de legumbres, habitualmente se cocinan a la temperatura necesaria para eliminar estos compuestos.
  • Combina los alimentos de forma adecuada y así evitarás que haya minerales como el hierro que no se absorba en la cantidad necesaria. Por ejemplo. Si tomas lentejas, no tomes una infusión en el postre, déjala para después de la digestión, pero toma algún cítrico, porque la vitamina C, ayuda a que el hierro “no hemo” (que es el hierro de alimentos de origen vegetal) se absorba mejor. También ayudan a la absorción del hierro las proteínas de origen animal, así que puedes tomar carne, pescado o huevo y acompañarlo de una ensalada, por ejemplo.
Es difícil que sólo te alimentes de un tipo de alimento, pero sobre todo si eres vegano, te aconsejo que varíes todo lo que puedas, para no tener carencias en ningún mineral. Y si tras ponerte como el quico de pimientos, o de acelgas, o de berenjena o de tomate, tienes diarrea o molestias estomacales, seguramente será por causa de los antinutrientes, no porque seas intolerante.

Si te surgen dudas, por supuesto, contacta con un profesional que puede ayudarte. Y busca nuestras infusiones y complementos para que tus digestiones sean menos pesadas. En nuestra tienda natural Xtusalud y en la parafarmacia las podrás encontrar.

Xtusalud y la de los tuyos.

domingo, 17 de mayo de 2020

El Hotel Encantado



El despertador sonó a las seis y media de la mañana, pero yo llevaba despierta más de dos horas.
Qué nervios, por favor. 
Lo había elegido yo, quería hacerlo, pensaba que era lo correcto, y aún así estaba muerta de miedo.
Llegué el hotel a las ocho menos cuarto y me indicaron que esperara en el hall en un sofá, hasta que viniera la coordinadora.
Enfrente había otra chica, joven, que miraba el móvil.
Tardamos varios minutos en empezar a hablar, pero cuando lo hicimos, resultó que aquella chica estaba igual de nerviosa que yo, había dormido igual de mal que yo, y tenía el mismo miedo.
Y aunque parezca absurdo, creo que aquello nos unió bastante.:)
Ese primer día fue bastante mejor de lo que esperábamos. Abrimos cajas, colocamos cosas, pusimos cartelitos en las habitaciones y aprendimos a ponernos y quitarnos los famosos EPIS, que hasta ese día eran unos completos desconocidos en nuestras vidas.
Y nos fuimos a casa diciendo: "pues no ha estado tan mal."

Pero al día siguiente empezó la batalla.
 
Los pacientes venían en oleadas. A cualquier hora, de cualquier modo. Abríamos un planta y apenas estaba llena ya estábamos abriendo la siguiente.
Cada día llegaban enfermeras y enfermeros nuevos, estudiantes y médicos, todos con sus miedos, todos con sus inexperiencias y todos con unas ganas inmensas de hacerlo bien.
No teníamos protocolos, no sabíamos a qué teléfonos debíamos llamar, y a pesar de ello nos pasábamos el día intentando localizar a la coordinadora y a los administrativos, a los que abrasábamos sin piedad, preguntándoles absolutamente de todo, cada cinco minutos. Y cuando por fin tuvimos los teléfonos claros, entonces ya el acoso y derribo fue impresionante.
Hacíamos las cosas sobre la marcha y con buena voluntad, pero cada uno a su manera, de forma que en ocasiones algo no se hacía o se hacía por duplicado.
Nos poníamos los equipos de protección individual a toda pastilla y nos los quitábamos de igual modo, intentando que no se nos notara el agobio que teníamos porque sabíamos que lo hacíamos mal, porque no prestábamos la atención debida, o porque sencillamente no teníamos tiempo para hacerlo paso a paso.
Y entonces, como para compensar, nos lavábamos las manos y las muñecas y hasta los codos, porque estábamos convencidas de que nos íbamos a infectar.
Todos los días nos llevábamos una bronca nueva por dejar el EPI donde no debíamos, o tirar los guantes en una basura limpia, o no dejar los uniformes en el contenedor adecuado.
Nos sabíamos si teníamos que cerrar las bolsas o no cerrarlas, si debíamos quitar las sábanas o dejarlas, si el carro de la comida tenía que estar en un lado o en el otro, si las bandejas teníamos que sacarlas o lo hacían los pacientes...y nos daba miedo llamar a cocina para decir que faltaba algún desayuno porque te decían: pues los hemos contado (y ya no sabías si le habías dado a uno dos cafés y a otro ninguno, o si había un fantasma que se los bebía por el camino).
Las primeras cajas de mascarillas de nos dieron tenían las gomas revenidas, y eran como de papel, así que nos las poníamos de dos en dos y nos dábamos dos vueltas a las orejas para que nos ajustaran mejor, pero no había forma, así que las gafas de protección se nos empañaban y no veíamos ni tres en un burro a la hora de tomar una tensión o hacer una glucemia.
Nos dijeron que los botes con alcohol eran nuestra arma de defensa, así que rociábamos todo lo que tocábamos con el dichoso flis-flis, lo que supuso que nos cargamos en dos días no sé cuántos tensiómetros y otros tantos pulsis.

Y seguían viniendo pacientes, y seguíamos abriendo plantas y para que pudiéramos descansar algún día, los sábados y los domingos llevábamos dos plantas por enfermera, lo que suponía pasarte la mañana subiendo y bajando escaleras, con el pulsi, el glucómetro, las gafas, la pantalla y el EPI, talla XXL que íbamos arrastrando por el suelo, como un vestido de fiesta.
Eso sí, mi teléfono estaba encantado porque todos los días me saltaba un mensaje que ponía: ¡Estupendo! !!Hemos detectado un entrenamiento de alta intensidad!!¡¡No te fastidia!!
Eso si, las sudadas que agarrábamos vestidas para la guerra durante dos horas tomando constantes o haciendo PCRs, era lo más parecido a una operación bikini.

Y entonces empezamos a dar altas. Los catorce día de aislamiento que al principio era el protocolo se fueron acortando y en cuanto un paciente dejaban de tener síntomas y tenía posibilidad de hacer aislamiento en casa, se le daba el alta. Porque se necesitaban camas, porque había que desahogar los hospitales y debía haber movimiento.
Y aquellos era un no parar de salidas y entradas, de habitaciones vacías, de camas por hacer, de llamadas que realizar, de despedidas y bienvenidas, lo cual era gratificante y desesperante al mismo tiempo.
Y en medio de ese caos teníamos fuerzas para cantar una canción, hacer una broma o reírnos de alguna anécdota con algún paciente cansino.
Había pacientes asustados de verdad, que lo habían pasado mal, y que tenían familiares muy malitos. Había pacientes que se quejaban de todo, y que pedían unas galletitas o un acuarius a media mañana, otra manta, otra almohada, otro pijama, un acondicionador para el pelo o un capuchino.
Los había que hasta pedían cremas a Amazon o que venían con maletas como si se fueran a quedar a vivir.
Había algunos que te agradecían todo lo que hacías de una manera que te daba hasta vergüenza, y otros que se enfadaban por ir demasiado protegidos, porque se sentían como si fueran unos apestados.
Algunos decían estar estupendamente con una saturación del 90%, una tos de perro incesante o una cefalea del tres y otros que llevaban asintomáticos una semana se inventaban cada día un malestar nuevo para no marcharse a casa, porque les daba miedo.
Y en la batalla de cada día encontramos una rutina fantástica, que nos hacía sentirnos orgullosas y orgullosos y que inexplicablemente nos hizo felices. Al menos a mí.

Cuando nos dimos cuenta de que aquello se iba terminando nos invadió un sentimiento contradictorio.
Sabíamos que tenía que terminar, que era bueno que así fuera, significaba que Madrid había conseguido superar lo peor de la pandemia, que las cosas estaban mejor.
Pero ir cerrando plantas nos producía una sensación de pérdida, y nos acercaba a una despedida a la que no queríamos llegar, pero que se acercaba poco a poco.

La última semana se me pasó sin darme cuenta.
Hice PCRs como si no hubiera un mañana y dí altas a diestro y siniestro, (en recepción hasta se reían de mí) pero ya no ingresaba nadie.
¡¡Con lo que habíamos protestado porque los ingresos venía siempre a las tres menos cuarto, justo cuando creías que tenías la mañana controlada, y esa última semana los echábamos hasta de menos!!

Y llegó el sábado 9. 
Se dio de alta a los pocos pacientes que quedaban y recogimos todo en cajas para que se pudiera limpiar cuanto antes el hotel y dejarlo como lo encontramos.
Esa noche tampoco dormí mucho. Tenía una pena egoísta y absurda en el corazón, por separarme de toda esa gente maravillosa con la que construimos un pequeño milagro  durante la primavera más amarga que jamás conocimos.
Tratamos a cuatrocientas personas en el hotel. Cuatrocientas personas que superaron la maldita enfermedad, gracias en parte a nuestros cuidados.
Debemos sentirnos por ello muy orgullosos.
Orgullosos de haber creado un equipo fantástico de la nada, de haber sido capaces de superar todos los obstáculos con entereza y de haberlo llevado, además, con mucho cariño y con mucha alegría.
Porque no tengo un recuerdo amargo de esta experiencia, sino un recuerdo amable y lleno de buenas sensaciones.
Jamás olvidaré a todos los profesionales que lo hicisteis posible, vuestras ganas, vuestra actitud, vuestra entrega. 
Con certeza esta experiencia nos ha cambiado la vida. Y dentro de lo durísimo que fue, nos la ha cambiado para mejor. 
Gracias por ser, estar y parecer. 
El futuro tiene buena pinta si vais a estar todos vosotros y vosotras en él.

Hasta siempre. Cris.

jueves, 14 de mayo de 2020

Presión Arterial. Ejercicios y respiraciones para controlarla.



¿Tienes la presión arterial alta? ¿Y sabes por qué y cómo mejorarla? Tener hipertensión es una faena, pero puedes tratarla  y conseguir rebajarla a niveles más normales y no solo con pastillas. ¿Tienes ganas de saber cómo? Es más fácil de lo que imaginas.

La hipertensión es una de las patología cardiovasculares más frecuente y sucede cuando hay un aumento de la presión dentro de las arterias, lo que supone un esfuerzo extra del corazón, para bombear la sangre a todas las células del organismo.

La tensión se puede elevar por muchas causas. Algunas como la raza o el sexo o la edad, están fuera de nuestro alcance, pero existen otras causas responsables de que la presión arterial se eleve y sobre las que podemos y debemos actuar.
  • Sobrepeso
  • Tabaquismo
  • Diabetes
  • Estrés y angustia
  • Sedentarismo
  • Hiperlipemias
Una de las consecuencias más graves de una hipertensión no controlada es que el corazón sufra una insuficiencia, que produzca problemas de debilitamiento del músculo y rigidez en las arterias.

Y el ejercicio y la respiración, ¿qué tienen que ver con la presión arterial?

El ejercicio físico es una de las soluciones más efectivas para mantener la tensión en niveles óptimos porque consigue mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación celular y alivia el trabajo cardíaco.
Así mismo una respiración adecuada, puede contribuir relajarnos y a eliminar el estrés, de forma que bajemos pulsaciones y la tensión se rebaje.
Ejercicios para la Presión Arterial
Aquí te dejamos algunos ejemplos, para que los incorpores en tu rutina de actividad para controlar tu presión arterial:



  1. Respiración de Yoga Kapalbhati: Sentado con la espalda recta y las piernas dobladas de forma cómoda. Inspira profundo hinchando el vientre. Realiza espiraciones fuertes y largas, muy seguidas, acompasando el ritmo con el movimiento de la tripa (las inspiraciones son cortas y rápidas). Cuenta hasta 25. Termina con una inspiración abdominal profunda, contrae el suelo pélvico 10 segundos y espira lento y suave. Mejor si se realiza en ayunas a primera hora.
  1. Respiración de fuelle: Sentado en la misma posición. Con el pulgar derecho tapa la fosa derecha de la nariz. Inspira por la izquierda en 4 tiempos. Aguanta la respiración un instante. Tapa con el índice la fosa izquierda. Abre la derecha y espira por ese lado en cuatro tiempos. Aguanta unos instantes sin aire. Repite lo mismo tapando el lado izquierdo. Es una respiración que oxigena todo el cuerpo de forma rítmica y cíclica, separando las dos mitades del cuerpo. Y relaja mogollón!!
  1. Respiración Seetkari: Misma posición. Levanta ligeramente la cabeza y cierra los ojos. Inspira y espira por la nariz 5 veces. Junta los dientes y abre los labios. Inspira el aire por la boca, que pase entre los dientes. Lento y profundo. Espira por la nariz. Es recomendable para eliminar el estrés. Pruébalo en la ofi, tras la visita del jefe.
  1. Extensión hacia delante. Sentado con las piernas estiradas y juntas. Eleva los brazos hacia arriba, notando el estiramiento de la espalda y ve bajando el cuerpo lo más posible hasta tocar los pies. Notarás el trabajo de los músculos posteriores de las piernas y cómo abres el diafragma. Acompaña este ejercicio con respiración y la efectividad se multiplicará.
  1. Caminar. No pasear, que también es muy saludable, sobre todo para la mente. En esta ocasión es caminar con la espalda recta y cabeza erguida. A paso ligero, unos 4 km/h, respirando por la nariz con un ritmo acompasado según los pasos. Apoyando toda la planta del pie para optimizar el impulso. Que puedas hablar pero no cantar.
  1. Bicicleta estática. Comienza diez minutos despacio, para subir pulsaciones, después otros diez minutos más rápido, pedaleando de pie un minutos de cada tres y termina reduciendo el ritmo durante otros diez minutos.
¡Qué te ha parecido! ¿A que cuidarse es más divertido de lo que creías? Pues ya sabes.

Pregunta a un profesional médico de confianza si deseas hacer algún deporte y no estás seguro de si te conviene. En general los ejercicios aeróbicos, sin llegar a tu frecuencia cardíaca máxima, son mejores para la presión arterial que los básicos de musculación, sobre todo si los realizas en apnea, pero quizá sea bueno realizar un combinado.

Xtusalud y la de los tuyos.

Consejo Día de la Familia






















martes, 12 de mayo de 2020

Codo de tenista...y no juego al tenis!!



¡Codo de tenista! ¿No te fastidia? Podían llamarle de otra forma, de hecho lo hacen, pero como para acordarse. ;)
Esta lesión del codo se llama en realidad “Epicondilitis Lateral”, por eso le cambiaron el nombre. ¿Está claro no?

Bueno, pues resulta que yo, que hace años que no cojo una raquetita, y cuando lo he hecho ha sido para una pachanguilla con amigos o con mis hijos pequeños, tengo “Codo de Tenista”.
¿Qué es el codo de tenista o epicondilitis?
Esta lesión es una enfermedad del codo provocada por el exceso de uso. Pero de otro uso que no sea el tenis: Planchar, limpiar, coger bolsas de la compra, estrujar la fregona o sostener el secador, entre otras miles de cosas que hacemos diariamente y que precisan que flexionemos y estiremos la susodicha articulación.
En mi caso es el codo izquierdo, porque soy zurda, y me acabo de dar cuenta de que siempre, y cuando digo siempre, es siempre, utilizo la mano izquierda. Para absolutamente todo (hasta sonarme los mocos, si me apuráis). Y claro, cuando te duele, es bastante jorobado.
Se produce una inflamación de los tendones que unen los músculos del antebrazo con la parte exterior del codo, y al realizar cualquier movimiento que implique la actividad de esa zona, el paciente nota dolor.
En el codo se juntan el hueso húmero y los huesos radio y cúbito. En la parte exterior del codo hay una protuberancia ósea donde se insertan los tendones y ligamentos que se llama epicódilo lateral. Cuando hay una inflamación en esa zona, se ven implicados los músculos extensores de la muñeca y de los dedos y el tendón que se inflama en el “codo de tenista” es el tendón extensor radial corto del carpo.

Vale, pero… ¿por qué me pasa esto?

El músculo asociado al tendón extensor es el que estabiliza la muñeca cuando el codo está recto. Si se utiliza en exceso, como cuando juegas al tenis, el tendón se debilita y se desgarra (de manera microscópica), pero esos microdesgarros producen inflamación y dolor. Cualquier otra actividad que implique el uso excesivo de esa articulación, como he dicho antes, sujetar pesos, hacer fuerza con la muñeca, mantener el codo en alto, cortar, empujar…etc, puede hacer que el tendón sufra.
Es más probable que suceda en personas de más de 30-40 años, pero en algunas profesiones, no necesariamente deportistas, sino también pintores, carniceros, carpinteros, fontaneros…puede suceder en edades más tempranas.

Los síntomas de la epicondilitis aparecen de forma gradual. Al principio es un dolor leve, que aparece sólo en algunos movimientos, hasta que el dolor es más constante, más fuerte y se produce ante casi cualquier movimiento del brazo. En la cama y al dejar el brazo quieto durante un rato, duele más.
También puede suceder que se pierda fuerza en el agarre y dé la sensación de no poder sujetar un objeto con la mano o de no poder hacer fuerza para apretar el puño.

A pesar de que el diagnóstico se puede realizar prácticamente a primera vista, flexionando y extendiendo el codo y rotando la muñeca para observar dónde y en qué grado aparece el dolor, es posible que el médico precise de otras pruebas diagnósticas como son una radiografía, una resonancia magnética o una electromiografía. Todas estas pruebas puedes encontrarlas cerca de tu domicilio, al mejor precio del mercado y sin tener que esperar mil años para realizarlas.

¿Dónde? En https://xtusalud.clinicpoint.com/

Será el médico de cabecera si vas en primera instancia o bien el traumatólogo el que decida si son necesarias.



¿Cuál es el mejor tratamiento?
Pues aguantarse.
Que no….
En realidad un poco sí, porque casi el 85% de los casos se curan con:
  • Reposo. Esto significa no hacer deporte que implique el ejercicio de brazos (tenis, pesas, pádel…) y no coger pesos importantes. El resto de actividades deberás hacerlas con cuidado y, si es posible, durante unos días delega las más pesadas, como planchar, fregar o guardar la compra.
  • Antiinflamatorios no esteroideos. El médico te dirá cuál debes tomar. No lo hagas por tu cuenta.
En los casos más persistentes es posible que necesites terapia física, es decir, ejercicios concretos dirigidos por un profesional para fortalecer la zona, ultrasonidos y/o masajes con hielo. También puede ser útil colocarte una codera que reduzca el movimiento y la fricción y por tanto mejore la sensibilidad.
Si en unos meses la lesión no ha mejorado se podría pensar en otro tipo de intervención como es la cirugía, abierta para intervenir directamente sobe la protuberancia ósea o sobre el tendón o una artroscopia. En ambos casos la cirugía tiene rápida recuperación y es ambulatoria en la mayoría de las ocasiones, es decir, no requiere hospitalización. Eso sí, tras una intervención quirúrgica hay que inmovilizar el codo con una férula y después se precisará rehabilitación.

Vamos, que es una lesión que salvo casos excepcionales suele tener buen pronóstico, pero es incómoda porque aunque no invalida a la persona, es difícil pasarla por alto y es bastante molesta.

Ya sabes que en nuestra parafarmacia puedes encontrar coderas y pomadas que te ayuden a aliviar el dolor y en nuestra tienda natural Xtusalud seguro que encuentras infusiones y plantas que actúen como antiinflamatorios si no quieres tomar mucha medicación.

Eso sí, pregunta siempre a tu médico, para prevenir problemas y solucionar éste cuanto antes.

Xtusalud y la de los tuyos.

jueves, 7 de mayo de 2020

Fuera estreñimiento. Ir al baño todos los días te hace feliz




Fuera estreñimiento.
Entre otras muchas cosas, pero ésta es una de ellas. ¿O no? El que siempre va como un reloj no le da importancia al hecho en sí, pero aquellos que tenemos problemillas al respecto lo valoramos muchísimo. Y no es para menos.

Y es que el estreñimiento da mal rollo.

¿Os acordáis de aquel anuncio en el que alguien estaba en un ascensor muy enfadado y le decían que lo que le hacía falta eran unos cereales All Bran? Pues tenían mucha razón. Porque tener problemas de estreñimiento no mola nada, y no solo eso, nos pone de mal humor.

Por eso hoy vamos a hablar de la fibra. Porque todos nos merecemos salir de casa con una sonrisa y no con un dolor de tripas incipiente, que amenaza con ser insoportable en medio de una importantísimo reunión.

Para empezar, ¿qué es exactamente la fibra alimentaria?

La fibra es la parte comestible de las plantas que es altamente resistente a las enzimas digestivas. Es decir que no podemos digerir o solo en una pequeña parte.

Y tú dirás. ¿Para qué la comemos entonces, si la expulsamos tal cual?

Buena pregunta. Pues es que la fibra tiene un papel fundamental en nuestro sistema excretor y el mantenimiento de la microflora del intestino.

Según lo que se resista a la fermentación por parte de las bacterias del colon, la fibra puede ser fermentable como las hemicelulosas o pectinas, semifermentable como el agar o no fermentable como la lignina. Además, puede ser soluble, si forma geles (es decir, atrapa el agua y ralentiza la digestión) como las gomas o pectinas, o insoluble, sin apenas viscosidad (que acelera el paso de los alimentos por el intestino) como la celulosa.

Las fibras están básicamente formadas por hidratos complejos polisacárido u oliogosacáridos y por otros compuestos similares como dextrinas, maltodextrinas, ligninas…

Vale, todo esto está muy bien, pero ¿para qué sirve?

La fibra tiene muchas funciones y todas estupendas para el organismo:
  • Produce sensación de saciedad. Lo que ayuda en dietas de adelgazamiento porque apenas aporta unas 2 kcal por gramo.
  • Acelera el tránsito intestinal, lo que evita problemas de estreñimiento, lo que nos hace muy felices a algunas ;)
  • Ayuda a dar mayor consistencia a las heces y aunque parezca una contradicción con lo anterior no lo es. Las fibras solubles que absorben agua evitan la deshidratación y las diarreas.
  • Evita que se absorban algunas sustancias como el colesterol, lo que podría disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares o sustancias potencialmente tóxicas (cancerígenas). Así mismo al conseguir que los hidratos se absorban de forma más paulatina evita los picos de glucemia y reduce el riesgo de padecer diabetes tipo II.
  • Al favorecer la flora bacteriana y tener un efecto antiinflamatorio contribuye a evitar otras patologías asociadas con el colon.
  • Es considerada por tanto un prebiótico, porque favorece el crecimiento de bifidobacterias y lactobacilus en el intestino.
Cuidado con pasarse de listo con la fibra, pues como todo tiene sus inconvenientes:
Al fermentar la fibra y el resto de alimentos que se mantienen por más tiempo en el intestino se producen gases, que pueden producir molestias. Sin embargo, cuando la fibra acelera el tránsito, algunas vitaminas y minerales pueden no tener tiempo de absorberse correctamente y se pierden en las heces.
Procura, si añades más fibra a tu alimentación que también incrementes los líquidos, para que las heces no sean demasiado compactas y tengamos el efecto contrario al deseado.
¿Y dónde está la fibra? En alimentos de origen vegetal. Así que no tienes excusas.



  • Frutas, sobre todo con piel. Y enteras, los zumos pierden la mayoría de la fibra.
  • Verduras, sobre todo si se consumen crudas, en ensaladas por ejemplo.
  • Cereales integrales (pastas, arroces, panes…). Evita los cereales azucarados.
  • Legumbres. Excelentes como fuente de fibra y de proteínas vegetales.
Como soy buena, te voy a dar un ejemplo de un menú rico en fibra, para que te hagas una idea:
  • Desayuno: Un kiwi. Porridge (las gachas de toda la vida) de avena integral con leche entera y canela o unos copos de trigo integral en un yogur natural con frutos rojos.
  • Media mañana: Una naranja
  • Comida: Empedrado de lentejas (lentejas con arroz) con zanahoria y una ensalada de tomate, o lentejas estofadas y merluza al horno con guisantes. De postre una manzana y un té verde.
  • Merienda: un yogur natural con una cucharada de muesli casero.
  • Cena: Revuelto de quinoa integral, calabacín y calabaza, con espárragos trigueros o gazpacho y atún a la plancha con cuscús. De postre una pera y una infusión relajante.
¡Qué! A que tiene una pinta buenísima!! No te olvides tomar al menos ocho vasos de agua. Puedes acompañar la comida y la cena con un trocito de pan de centeno.

Comer fibra no significa comer hierba. En serio. Ni te imaginas los suculentos platos que son ricos en este nutriente tan importante. Además puedes complementar tu ingesta de fibra con algún complemento alimenticio (salvado, lecitina...) o si haces deporte intenso con alguna barrita de fibra y proteínas. Busca todo lo que necesites en tu tienda natural Xtusalud y en nuestra parafarmacia.

Y no dudes en preguntar a un profesional si te asaltan las dudas.
¡Ah! Y enhorabuena!! 😉

martes, 5 de mayo de 2020

¡A por unas piernas de escándalo!



¿Quieres tener las piernas torneadas y duras?
¿Quieres que no tengan rastro de celulitis? ¿Quieres ejercitar el tren inferior y estar mejor de forma?
¿Y por qué quieres hacer todo eso? Con lo que cuesta….

Pues porque mantener la tonicidad de los músculos de las piernas y glúteos, mejorar la flexibilidad y fortalecer huesos, ligamentos y tendones es muy bueno para tu salud general. Si tienes dudas pregunta a un profesional de confianza.
  • Mejora la postura, lo que reduce el riesgo de dolores de lumbares, dorsales…
  • Mejora el equilibrio, lo que reduce el riesgo de caídas.
  • Mejora la fuerza, lo que da mayor seguridad en la zancada.
  • Mejora la coordinación, lo que da confianza en el movimiento.
  • Influye en el estado de ánimo, ya que al verte mejor, te sientes mejor y afrontas con más confianza el día a día.
  • Aumenta el metabolismo basal, porque trabajamos grupos musculares amplios, lo que puede ayudarnos en planes de adelgazamiento.
  • Nos ayuda a tener una base sólida para después entrenar el resto de grupos musculares (tren superior, brazos, hombros…).
  • Mejora el retorno venoso facilitando la eliminación de líquidos.
¿Qué pasa si no movemos las piernas?
  • Ralentizamos la circulación sanguínea aumentando el riesgo de trombos.
  • Favorecemos los depósitos grasos y la aparición de celulitis.
  • Se atrofia la musculatura, repercutiendo en la fuerza general, en la resistencia y en la flexibilidad.
  • Aumentamos el riesgo de fracturas y lesiones en rodillas y tobillos.
“Quien mueve las piernas, mueve el corazón” así que vamos a preparar una rutina para que realices este invierno y cuando vuelvas a ponerte pantalón corto, la gente va a flipar.

¡Qué! ¿Estás conmigo? ¡Vamooooooosssss!



  1. Empezamos por un millón de sentadillas. Bueeno, no tantas. Pero nos vienen bien como calentamiento. Haz tres series de cincuenta. Espalda recta, hombros abajo, piernas abiertas la anchura de las caderas, con lo pies hacia delante. Te agachas como si te fueras a sentar en una banqueta. Cuidado que al bajar debes siempre ver la punta de tus pies, que no te las tapen las rodillas.
  2. Cuando termines abre las piernas y coloca la punta de los pies hacia fuera. Otras tres series de cincuenta.  ¡Veeeenga, no te rindas! Y no dejes de respirar. Espiras al bajar e inspiras el subir.
  3. ¿Has terminado? Vale. Junta las piernas. Manos en la cintura. Cabeza alta, hombros abajo. Baja a posición de sentadilla lo máximo que puedas. Ahora estira lateralmente la pierna derecha. Vuelve a juntar y repite ocho veces, sin perder la posición. Después ocho veces con la izquierda. Ahora cuatro y cuatro, dos y dos y por último ocho veces alternado las piernas. ¿Qué tal vas? Aguanta un poco más. Respira pero sigue en posición agachada. Ahora lo haces al revés. Empieza con ocho veces alternando las piernas. Después dos derecha, dos izquierda, cuatro y cuatro y termina con ocho y ocho.
¡Muy bien! You did it!!!!!!
Descansa unos segundos y empezamos otro ejercicio.



  1. Zancadas.
De pie, recto, con las piernas ligeramente abiertas. Espalda recta, hombros abajo. Manos en la cintura o a los lados del cuerpo con una mancuerna de unos dos kilos en cada mano (si te atreves). Da un paso hacia delante, bastante amplio para que cuando la rodilla de atrás esté cerca del suelo, la rodilla delantera quede en ángulo de noventa grados. Repite el paso veinte veces. ¡Bravo! Sí, ya lo sé. A estas alturas estás para los leones. Pero nadie dijo que fuera fácil ¿No?
¡Venga, un poco más!



  1. Puente.
Para cuádriceps y glúteos. Con este ejercicio hasta te parecerá que descansas, así que no te quejes. Túmbate boca arriba. Rodillas flexionadas y juntas, pero sin que lleguen a tocarse y brazos a lo largo del cuerpo. Eleva la pelvis hasta que solo queden apoyados los hombros. Aguanta. Ahora, abre y cierra las piernas, sin bajar la pelvis. Aprieta los glúteos para hacer más esfuerzo y ejercitar y poner duros los muslos y el culete. También puedes intentar meter tripa y estarás trabajando los abdominales inferiores. Tres en uno. Cincuenta veces. Tres series, descansando diez segundos entre cada una. Para hacer más efectivo este ejercicio, prueba a ponerte un cojín o una pelota blanda entre las rodillas. En vez de abrir y cerrar tendrás que apretar y aflojar sin que se te caiga el objeto.
¿A que mola este ejercicio? Pues es súper efectivo.
  1. Mini stepper.
¿Sabes lo qué es? Son como dos peldaños de escalera que tú empujas con cada pie, haciendo fuerza con las piernas. Según la postura que adoptes, más recta hacia atrás, más agachada o con las piernas semiflexionadas, harás más fuerza con los cuádriceps y glúteos o con los sóleos o los isquiotibiales. Es aeróbico así que te hace sudar. Puedes mantenerte 10-15 minutos, o hacer series de cinco. Si no tienes un stepper, prueba con un step clásico. El típico escalón o taburete bajo. Sube y baja lateralmente y hacia delante, elevando la rodilla al subir, durante diez minutos. No te desconcentres porque si pisas mal puedes hacerte daño en los tobillos.
  1. Puntillas.
Este está chupado. No se trata de quedarte encaramado en la punta de los dedos como los bailarines, salvo que sepas hacerlo no te va a salir ni de broma. Simplemente consiste en elevar el peso de tu cuerpo sosteniéndote en la punta de los pies y aguantar diez segundos. Bajas y vuelves a subir. Repite 20 veces. Apóyate en una silla si lo necesitas para no perder el equilibrio. Pero sin sostenerte que eso es trampa. Ejercitas los gemelos y la parte posterior de los muslos.
  1. Elevación lateral tumbada.
Para terminar nos vamos al suelo. Tumbado de costado, apoyado sobre el antebrazo y sin encoger los hombros. Eleva la pierna sin llegar al ángulo recto y baja sin apoyar. Sube y baja cincuenta veces. Ahora dobla la rodilla y estira, manteniendo en todo momento la pierna en el aire. Otras cincuenta veces. Por último, estira la pierna y adelántala unos 45 grados. Sube y baja en esa posición (el movimiento es muy corto, no te preocupes). Otras cincuenta veces. Repite con la otra pierna y listo!!

¡Qué! ¿Qué te ha parecido? Es una rutina exigente, y vas a tener agujetas el primer día fijo, pero si haces esto un par de días a la semana te aseguro que en verano lo vas a notar. Si se te resiente alguna articulación baja el ritmo y prueba algún gel relajante que podrás encontrar en tu parafarmacia.

Además los productos con colágeno pueden ayudarte a fortalecer ligamentos y tendones y si te falta energía busca algo con jalea o vitaminas para subir ese ánimo. Tienes de todo en tu tienda natural Xtusalud.

Recuerda que cualquier complemento debe formar parte de una dieta equilibrada y sana y que no son medicamentos así que no curan ni hacen milagros.

Xtusalud y la de los tuyos.

jueves, 30 de abril de 2020

¿Por qué yo tengo caries y tú no?


Buena pregunta. Yo no tengo caries porque yo no como chuches y tú sí. Bueno, no es tan simple como eso pero algo hay de cierto.

¿Sabes exactamente lo que es una caries dental? Pues pon atención.

Es una de las afecciones bucales más habituales. Consiste en una desmineralización del esmalte de los dientes producido por los ácidos que aparecen cuando la placa bacteriana (las bacterias cariogénicas) descompone el azúcar de los alimentos en la boca.

Indudablemente, el hecho de ingerir alimentos muy azucarados y con relativa frecuencia contribuye a que haya más posibilidades de sufrir caries, pero existen muchos otros factores que pueden aumentar el riesgo de aparición de caries, tales como:
  • Higiene bucal deficiente. Después de cada comida y en especial si se han tomado alimentos azucarados es importante lavarse bien los dientes, incidiendo en los espacios interdentales (con el hilo dental) y enjuagando bien la boca (con colutorios con flúor) para evitar que queden restos entre las encías.
  • Sequedad bucal. Hay personas que no producen suficiente cantidad de saliva por lo que tienen la boca seca. Esto puede favorecer la multiplicación de microorganismos. Algunos medicamentos producen sequedad bucal. Es importante beber agua al final de las comidas para diluir los ácidos y mantenerse hidratado para evitar que el pH baje.
  • pH de la saliva. El pH óptimo de tu saliva sería el que se sitúe alrededor del 7. Cuanto más bajo sea el pH, más ácido será el entorno y más posibilidades hay de que el esmalte se pueda dañar. Además de los azúcares, el tabaco y el alcohol resecan las mucosas y bajan el pH. Existen personas con un pH salival más alto, por lo que tienen menos facilidad para producir caries. ¡Vaya suerte!
  • Deficiencias de flúor. El flúor ayuda a fortalecer el esmalte y remineralizar el diente antes de que la caries produzca un agujero en el diente. Por eso las pastas de dientes que recomiendan los dentistas están reforzadas con flúor.
Cuando tienes una caries se nota perfectamente, ¿verdad?
Pues no, cuando se nota realmente es que la caries es ya de bastante importancia.

Primero se produce un daño en el esmalte y posteriormente en la dentina. Esa perforación en el diente se va haciendo más profunda hasta que llega a la pulpa, que se inflama. Si no se soluciona la caries llegará al nervio, se producirá un absceso y finalmente un flemón que destruirá el hueso y como consecuencia tendrá lugar la pérdida de la pieza dental. Casi nada.



Algunos de los síntomas que deberían hacernos sospechar que algo no va bien son:
  1. Dolor. Ese es el más habitual, porque normalmente no vamos al dentista hasta que nos duele, cosa que es muy mala idea. Cuando sufrimos dolor en un diente es porque ya hay daño en el esmalte y la caries es profunda.
  2. Halitosis. La propia sequedad bucal puede dar lugar a un aliento más fuerte. Si hay más cantidad de placa bacteriana también se producirá mal alimento, así que toma medidas.
  3. Mayor sensibilidad dental. Cuando la caries llega a la pulpa el nervio se inflama y hay más sensibilidad al frío y al calor. Si normalmente no te pasa consulta al dentista porque puede ser producto de una caries profunda.
  4. Sangrado importante. Si te cepillas muy fuerte es posible que te sangren un poco las encías, pero cuando ese sangrado es más abundante o más habitual puede ser por una aumento del tejido gingival. No lo dejes pasar.
  5. Dientes oscuros. El tabaco, el alcohol o el café en exceso pueden amarillear los dientes, pero también una caries que está destruyendo el esmalte y modificando la pigmentación puede dar lugar a manchas oscuras. Consúltalo.
  6. Fracturas de dientes o pérdida de alguna pieza. Este es un síntoma muy aparatoso, que puede ser debido a la debilitación del esmalte. También hay enfermedades de las encías que producen este efecto. Es causa de una visita urgente al dentista.
El tratamiento con flúor (en gel o barniz) puede ayudarte en las primeras etapas a revertir el daño en el esmalte. Cuando la caries sea más profunda será necesario un empaste con resinas o porcelanas. Si el diente está muy débil o dañado es posible que necesites una corona, que es cubierta hecha a medida del diente que reemplaza la corona natural y evita que lo pierdas. Y si el daño es irreparable quizá sea necesaria la extracción del diente y la colocación posterior, si así lo recomendara el dentista, de un implante. Para evitar el dolor por daño en el nervio pero conservar el diente se puede realizar una endodoncia en la que se extraerá la pulpa dañada y se rellenará y sellará la cavidad.

En https://xtusalud.clinicpoint.com/ tienes revisiones dentales con limpieza y ortonpatomografía desde 35€. Para disfrutar de unos dietes sanos y bonitos.

No esperes a que el problema sea grave y acude a revisiones dentales con regularidad o ante el primer síntoma de que algo no va bien. De verdad que te puedes ahorrar, además de dinero, muchos disgustos.

Busca la pasta dentífrica y los colutorios que más se adapten a tus circunstancias y gustos en nuestra tienda natural Xtusalud y en nuestra parafarmacia.
Xtusalud y la de los tuyos.

martes, 28 de abril de 2020

Que el trabajo no influya en tu salud



Pasamos muchas horas en el trabajo. Muchísimas. Por eso es importante procurar estar lo más cómodo posible, tanto a nivel físico como emocional. ¿No te parece?

El 28 de Abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.

Por eso se me ha ocurrido darte algunos tips para que tu estancia en el trabajo sea un poco más confortable. ¿Me sigues?
  1. Tu mesa de trabajo es un refugio. Personalízala. Puedes poner una foto de tu familia, o del guaperas de turno que te tiene loco, o de la actriz de tus sueños. Así al mirarla te reconfortarás. ;) Tampoco se trata de hacer un altar que moleste al compañero de al lado. Vamos a ser coherentes con el espacio.
  2. Utiliza un monitor de buen tamaño. Si estás todo el día frente a una pantalla, ésta debe ser de un tamaño adecuado y debe estar colocado de forma que no debas agachar la cabeza para mirar la pantalla. Perpendicular a tu línea de visión. Así no cargarás las cervicales, ni forzarás tanto la vista.
  3. Descansa los ojos cada hora y media como mucho. Mira a otras distancias para que el ojo tenga que enfocar otras imágenes que no estén siempre a la distancia de la pantalla. Si no, el ojo se vuelve vago. Parpadea varias veces para humedecer la córnea y si puedes sal a la luz natural o asómate a una ventana.
  4. Siéntate en una silla con respaldo, con el culete lo más atrás posible. Así apoyarás los riñones. Es bueno que tenga ruedas porque la espalda estará menos rígida, pero que no sirva de excusa para ir rodando hasta la impresora sin levantarte.
  5. La mesa debe estar a una altura tal que los brazos apoyados queden en ángulo recto. Así no cargarás los hombros y los codos tampoco sufrirán mala posición.
  6. Los pies no deben estar colgando. Si no llegas al suelo ponte un reposapiés, para no forzar los cuádriceps durante horas.
  7. Levántate y anda. Cada rato, aunque sea un minuto. Y aprovecha para estirar la espalda, los hombros y el cuello.
  8. Bebe agua todo el tiempo. Ten una botella siempre llena a tu lado y ve dando sorbos a cada rato. Estar hidratado evitará que te duela la cabeza.
  9. Toma un tentempié a media mañana y a media tarde. Las mejores opciones que se me ocurren son, por ejemplo: Fruta entera, frutos secos (sin sal, o te darán sed), un yogur (natural sin azúcar, mejor), un café o una infusión, un bocadillito integral vegetal…
  10. Mantén tu sitio ordenado. No solo porque te facilita el trabajo y das mejor imagen al jefe, sino por respeto a tus compañeros.
  11. La luz debe ser mejor indirecta para no deslumbrarte y dar reflejo en la pantalla pero suficiente para que no fuerces la vista.
  12. Si utilizas mucho el teléfono, unos auriculares evitarán que utilices más un oído que otro y que contractures un lado del cuello.
  13. Realiza revisiones periódicas de salud para poder poner remedio cuanto antes. si surge algún problema. En Xtusalud tienes los mejores profesionales a tu servicio.
Para garantizar tu seguridad:
  • Pregunta y conoce los protocolos de actuación en caso de emergencia.
  • Ten localizadas las salidas de emergencia y comprueba que están en buen estado y no están bloqueadas.
  • Asegúrate de que la maquinaria que utilizas cumple todos los cánones de seguridad y que sabes manejarla bien. Si no es así, pide que te instruyan.
  • Comprueba que el mobiliario de tu oficina es adecuado y que está correctamente montado, para evitar accidentes.
  • Solicita a tu supervisar en caso de no disponer de accesorios que incidan en tu seguridad como puedan ser cascos, guantes, delantales…
  • Si tienes que cargar peso, aprende las posturas de seguridad para no hacerte daño: rodillas flexionadas, hombros relajados, brazos pegados al cuerpo…seguro que tu empresa existe un protocolo de prevención de riesgos laborales. Pídelo y no olvides leerlo con atención.
  • Pregunta a tus superiores todas las dudas que tengas al respecto. La prevención siempre es lo más importante.

Para manejar el estrés:
  • Prioriza actividades. Según la importancia, o la urgencia, o el calendario de presentación. Es importante porque así no malgastarás el tiempo en tareas menores.
  • Delega. Si no es necesario que lo hagas tú, reparte las tareas de forma equitativa. No eres imprescindibles. Nadie lo es.
  • Cuando te veas agobiado o estresado, para. Levántate, respira hondo, recapacita y descansa unos minutos. Si te bloqueas no trabajarás bien.
  • Intenta ser asertivo. Eso significa que no tienes que callarte las cosas, pero debes defender tus ideas con respeto y moderación.
  • buen compañero. Normalmente la amabilidad y el compañerismo no caen en saco roto. Si tú eres majo con los demás, los demás lo serán contigo.
  • Practica actividades extralaborales para desestresarte, evadirte y divertirte. No todo es trabajar. Estar con amigos simplemente tomando algo, un rato a la semana, te puede venir mejor que una terapia.
  • Haz deporte. Recargarás energía, mantendrás mejor el peso adecuado, gestionarás la ansiedad y descansarás mucho mejor.
Y sé positivo. Cuando te tomas las cosas con una actitud abierta, los resultados suelen ser mucho mejores. Aprende de tus errores, empatiza con tus compañeros y sé resiliente. Lo mejor de tu vida puede que esté por llegar.

Si el estrés te ha superado pide ayuda psicológica. En Xtusalud sabemos cómo ayudarte.

Garantiza tu tranquilidad y la de tu familia con un seguro de salud, de vida o de decesos a tu medida. Xtusalud y la de los tuyos.

jueves, 23 de abril de 2020

¿Necesitas ayuda para pasar el duelo?



Oímos continuamente hablar del duelo, pero nos parece que es algo que en realidad no existe hasta que pasamos por una pérdida cercana. Y más tarde o más temprano todos perdemos a un ser querido y sufrimos por ello y lo vamos superando poco a poco.
Quizá entender que el proceso de duelo existe de verdad, conocer qué es exactamente y qué fases hay que pasar te sirva cuando te encuentres en un momento de desconsuelo.
¿Qué es el duelo?
El duelo es un proceso interno que se desarrolla cuando sufrimos una pérdida que nos afecta emocionalmente. Siempre se relaciona con la muerte de un ser querido, pero también existe duelo cuando perdemos un trabajo o sufrimos un cambio drástico en nuestras vidas, como una mudanza o una ruptura sentimental. Obviamente la importancia del hecho y la forma de sobrellevarlo es diferente.
En muchas ocasiones el duelo se pasa de forma natural, es decir, sin ser conscientes de estar pasando por un proceso de pérdida, quizá tan solo de unos días malos, de una temporada más melancólica o unas semanas de apatía.
Pero en otras ocasiones, sobre todo cuando hablamos de la muerte de un amigo o familiar querido, entonces pasamos de forma consciente por una etapa de luto o duelo que consta de varias etapas y que hay que pasar para realmente superar ese momento.

Las etapas del duelo fueron descritas por una psiquiatra americana, especializada en cuidados paliativos que observó cinco diferentes estados mentales por los que pasa una persona a la que se le muere alguien cercano. No siempre estos estados aparecen en el mismo orden, pero pasar por todos, según esta investigadora, es importante para aprender a gestionar el dolor y superarlo.




Etapas del duelo
  1. Etapa de negación
Es una etapa corta, porque choca frontalmente con una realidad que debemos terminar aceptando. Es, en realidad, un mecanismo de defensa del organismo que quiere aplacar el golpe y disminuir el dolor que nos produce la muerte. Puede ser explícita, es decir, que verbalmente neguemos que la persona ha muerto, aunque esto sucede en los primeros instantes porque es insostenible, o no explícita, es decir, que aunque parece que aceptamos que se ha ido, en realidad no nos lo creemos del todo.
  1. Etapa de ira
Es quizá la etapa más comprensible. Estamos frustrados porque no podemos hacer nada por revertir la situación, y eso nos produce rabia y resentimiento. Y reconocemos que posiblemente es injusto culpar a nadie, pero es una vía de escape, porque no podemos aceptar que esta situación sea inamovible.
  1. Etapa de negociación
Esta etapa puede aparecer antes de la muerte de la persona, sobre todo cuando está muy enfermo y nos dicen que el final está cerca. Se fantasea con la posibilidad de evitar esa muerte, e incluso “negociamos” con Dios para que le salve, a cambio de alguna promesa. Es una etapa agotadora, porque se da de bruces con la realidad, así que también suele ser breve.
  1. Etapa de depresión
Es una etapa que puede ser larga y que puede ampliarse a una depresión patológica, que debe ser tratada como tal, fuera del proceso de duelo. En este momento es cuando puedes pedir ayuda a un profesional. Es la etapa en la que aceptamos que la persona ha muerto y eso nos produce una profunda tristeza que no se remedia ni con negaciones ni con fantasías, y que nos hace sentirnos vacíos, no solo porque no podemos cambiarla, sino por el sentimiento de no saber continuar sin ese ser querido a nuestro lado.
  1. Etapa de aceptación
Nos damos cuenta de que la vida sigue, de que la persona amada no va a volver y que vamos a tener que aprender a vivir sin ella. No es una etapa feliz, seguimos sintiendo una honda tristeza por la pérdida, pero nos damos permiso para seguir con nuestras vidas, sin sentirnos culpables por ello.
La duración del duelo es muy variable, depende del tipo de pérdida, si ha sido o no inesperado, de si era una persona joven o muy mayor, de la relación que tuviéramos con esa persona…y puede ir desde los pocos mesas hasta los varios años.

Unas personas lo vivirán de modo muy físico, dejando de comer, o dormir o incluso enfermando y otras personas los sufrirán de forma más emocional con llanto, cansancio, apatía, silencio, soledad…

Siempre, siempre, que veas que no lo poder sobrellevar solo pide ayuda. Primero a las personas que tienes cerca y si es necesario a un profesional. Si no quieres tomar medicación puedes encontrar productos naturales con vitaminas, minerales, aceites esenciales o extractos de hierbas y plantas como las Flores de Bach,  que te pueden dar un empujoncito para subir el ánimo. Los encuentras en nuestra tienda natural Xtusalud y en nuestra Parafarmacia.

No podemos elegir todo lo que nos sucede en la vida, pero sí la forma de gestionarlo.Garantiza tu tranquilidad y la de tu familia con un seguro de salud, de vida o de decesos a tu medida.

Xtusalud y la de los tuyos.