lunes, 22 de octubre de 2012

La invisibilidad

Recientemente he descubierto que tengo un super poder; la invisibilidad.
Yo hubiera preferido la teletrasportación, pero es lo que hay.
En realidad, casi todas las mujeres cercanas a los cuarenta llegan en algún momento a poseerlo. Los hombres no, porque ellos están tan encantados de conocerse, que no se darían ni cuenta de que se han vuelto invisibles, así que sería un desperdicio.
Me percaté de mi nuevo super poder el otro día en una boda.
Sucede que de repente, ya no somos suficientemente jóvenes para estar en la mesa de los veiteañeros, que suspiran con alivio al ver que no les sientan con semejantes carrozas. Y si no hay nadie de características semejantes a las nuestras, o a las de nuestros maridos, a los que les da igual, porque están muy complacidos consigo mismos, terminamos en la mesa de los padres/jubilados.
Y lo peor de todo es cuando te das cuenta de que te lo estás pasando estupendamente, con una conversación amena y divertida. Entonces es el fin.
Pero esa no es la cuestión.
El tema es que en ese momento sentimos que nos hemos vuelto totalmente invisibles.
Ya no tenemos las piernas de las de veinte (aunque en realidad no recuerdo haber tenido tanta pierna nunca, a pesar de que seguramente la falda era bastante más corta), ni soportamos los taconazos que calzan, ni llevamos una melena fabulosa y larguísima, con unas ondas como las presentadoras de televisión. No vestimos vestidos ajustadísimos y despampanantes, qué más quisiéramos,  ni somos capaces de ponernos un tocado más grande que la lamparita de noche en la cabeza.
No, solemos intentar precisamente lo contrario: no matarnos a causa de unos tacones inapropiados para el equilibrio, y procuramos que el vestido no marque nada en absoluto. La melena es la típica que ni fú ni fá, por los hombros, porque por más que intentamos dejarla larga como las de las jovenzuelas, tras varios conatos con la tijera, al final terminamos cortándola de todas todas, y la flor del pelo, es, ahora lo sé, de un ñoño total, y completamente inadvertible.
Y en realidad, repetimos conjunto, vestido, zapatos, y flor incluida, porque como no tenemos veinte años, nuestra mamá ya no nos surte, y la hipoteca sigue interpérrita, recordándonos que para un día no vamos a gastarnos un dineral, además si no nos va a mirar nadie. Al menos a mí.
Tampoco somos señoras elegantes de sesenta, con un traje sastre perfectamente cortado, un peinado de peluquería, un tocado exclusivo, y la vida resuelta, los hijos colocados y esa aura de tranquilidad y sosiego que se les queda, como diciendo: ya he cumplido, ahora a disfrutar.
Durante el baile, pude comprobar cómo yo seguía haciendo gala de mi nuevo superpoder, y ya no me miraba ni mi marido, que estaba absorto con los contoneos de las de veinte, curvilíneas y prietas, ni tampoco los señores, que antaño me vigilaban de soslayo, y que igualmente estaban mirando a las de los plumeros, tocados y pamelas varias, que no se bajaban de los tacones ni a empujone,s y que antes morir que perder la vida y calzarse las bailarinas planas y comodísimas que regalaban los anfitriones. Bueno, en honor a la verdad, yo tampoco me las puse, antes muerta que sencilla, por si encima de invisible me iba a quedar a la altura del betún, así que decidí no apearme y hacer sufrir al juanete un rato más.
En esta edad peligrosa, en la que pasar desapercibida no es una opción, sino una imposición, además las mujeres, en nuestro afán de igualdad con los hombres, hemos alardeado muy mucho de que conducimos como ellos, así que lo habitual es que nosotras no podamos beber ni una gota, y los señores estén dando rienda suelta a su sed, para que luego les llevemos a casa sanos y salvos.
Y todo esto porque como somos unos aburridos cuarentones, no hemos querido volver en autobús, como las juventudes curvilíneas.
A decir verdad, tampoco está del todo mal lo de volverse invisible. Ya no tienes tanta presión a la hora de prepararte y si te sale un grano no lo va a ver nadie, y cuando tenías veinte años te suicidabas de sólo pensarlo. Puedes repetir vestido, porque no se acuerda nadie y si el peinado no te ha quedado muy allá, no tienes la preocupación de llamar la atención.
Algunas suplen esa carencia, esa imperiosa necesidad de ser vistas, bailando como si les hubiera entrado un gusano en el vestido, y apuran La Lambada como si les fuera la vida en ello, para bochorno de sus hijos adolescentes, si los tuvieran, ya que sus maridos nunca llegan a enterarse, pues siguen mirando a las de veinte, pero afortunadamente son las menos, y apenas merecen ninguna mención.
Espero que dentro de un tiempo, o consiga estar tan encantada de conocerme que me de igual si me miran o no, o bien, me convierta en esa señora elegante a la que vuelvan a mirar, aunque sea para decir: ¡¡Oye,estás estupenda para la edad que tienes¡¡
Ay, dios mío, lo que da de sí, la vanidad femenina......

                       La verdad, es que esta de invisible no tiene nada, snif.........                          

viernes, 12 de octubre de 2012

Mi experiencia planetaria

El otro día tuve una experiencia extrasensorial, planetaria, que diría alguna.
O más bien parecía una película de terror, de esas que te dejan con la boca abierta.
Resulta que quería concertar una cita con mi médico en el ambulatorio. Sabía que sólo un día tenía consulta por la mañana, pero no recordaba cual, así que decidí llamar por teléfono y preguntar.
Craso error,señores, craso error.
Nada más marcar, me dí cuenta de que habían instalado un nuevo servicio de atención telefónica, para el que hay que hacer un master del universo o no hay Dios que consiga pedir una cita.
- Ongi etorri Osakidetza.....tralará.......bienvenido al servicio telefónico de Osakidetza.
Joder....verás, la vamos a liar
- zure zenbaki.......tralará........esan edo sakatu..........diga o marque su número de la tarjeta de la seguridad social.
Vale, parece fácil, lo voy a decir mejor ( qué ilusa....)  voy: 39..../.....
- No le he entendido. zure zenbaki.......tralará.....esan edo sakatu.....
Bueno....pues lo marcaré mejor.
- zenbaki hau ez........el número marcado no existe.
¿Cómorrrrrr? Pues daré el DNI, a ver si hay más suerte
- Ongi etorri¡¡¡¡¡¡- me da la bienvenida con mucho entusiasmo el contestador.
- Zu cris-ti-na-a-rra-i-bi zara.....eres cris-ti-na-a-rra-i-bi
Si.......por fin....
-Badakizu....tralará......sakatu bat.....si desea hablar con el médico pulse uno.
Vales, pues sakatu. En ese momento nada más sakatu, me dí cuenta...ay¡ no¡ que yo no quiero hablar¡ que lo que quiero es pedir hora¡ y ahora qué hago?
La señorita del aparato seguía sin cesar, emocionada en su discurso...
-Badakizu....tralará.....sakatu bat (joder con el sakatu)....si desea hablar con el médico el lunes, marque uno.
Qué no¡¡¡¡ que yo lo que quiero es una cita¡¡¡¡
-ez dut ulertu.....no le he entendido. Badakizu....tralará.....sakatu bat...
Socorro¡¡ hay alguien ahí? cómo salgo de este bucle?
La señorita seguía sin entender e insistía....sakatu bat....sakatu bi......
Atrás, anular, repetir, rectificar¡¡¡¡
Yo intentaba dar con el verbo que me permitiera volver al inicio y conseguir la opción de citas, pero no había manera. Tras un rato al borde de la muerte lo conseguí.
- Badakizu...tralará.....sakatu bat....si desea concertar una cita, marque uno
Sí...por fin¡¡¡¡sakatu, sakatu¡¡¡¡¡¡
La señorita, encontró otro filón y comenzó el nuevo discurso
- Badakizu....tralará....esan BAI.....si desea cita el lunes a las 15h diga SI.
Noooooo¡¡¡
- Badakizu...tralará....esan BAI....si desea cita el lunes a las 15:10h diga SI.
Que nooooo¡¡¡
- Badakizu....tralará....esan BAI....si desea cita el lunes a las 15:20h diga SI.
¿Cómo? y voy a estar así, de diez en diez minutos hasta el día que tenga cita por la mañana? Pues como sea el viernes puedo estar aquí diez horas, venga y venga sakateando. Me muero.
Que noooooo, socorro¡¡¡¡¡atrás, inicio, retroceder, .......
- Ez dut ulertu....no le entiendo, SAKATU BAT.......
Tu puta madre va a sakatear ni una vez más¡¡¡ que me pongan con un humano¡¡¡¡
De pronto la señorita del contestador se calló. Pensé que le habían fundido los plomos de los gritos que estaba pegando, pero una voz de hombretón preguntó:
- Buenas tardes, puedo ayudarle?
Hombre, pues eso espero, porque sólo quería saber cuando tiene mi médico consulta por la mañana y llevo media hora luchando con el contestador.
- Claro, señora, es que el contestador para eso no sirve¡¡¡
No me digas? no me había dado cuenta¡¡¡ qué gracioso.
Y entonces porque no hay una opción que diga:
- Si pasa olímpicamente de estar seis horas intentando pedir cita y prefiere hablar con un humano, SAKATU BAT¡
Vamos digo yo. Sin acritud.
Se me ocurrió pensar en los cientos de señoras mayores a las que habrá dado un síncope intentando pedir hora para recetas. O es que yo soy la más torpe de la historia, que también puede ser.
En fin.....al final, conseguí que el hombretón me diera cita con el médico por la mañana, pero sigo sin saber cual es la palabra mágica que debo decir para que la del contestador se calle y aparezca él, y me están entrando sudores fríos de pensar que tengo que pedir hora para el pediatra de los niños......
Es realmente necesario que sea tan difícil?

              Ni Gila lo tenía tan complicado. Y eso que hablaba con el enemigo........            

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sin tetas no hay paraíso

Se ha publicado recientemente, o al menos ha salido la noticia en los periódicos hace poco, uno de esos estudios que nos dejan a las mujeres con la boca abierta.
En este caso, también los hombres se han quedado ojipláticos, pero ellos se frotaban las manos, mientras nosotras no dábamos crédito.
Resulta que contemplar todos los días, durante diez minutos, los pechos de una mujer, alarga la vida (de los hombres) unos cuatro años¡¡¡¡¡¡¡¡
Lo que no sé, es cómo han llegado a esta conclusión.
Puede ser que hayan estado durante años enseñándoles los pechos a unos señores, y hayan visto que están mucho más sanos, mientras a otros señores (el grupo de los pringados) les han tenido el mismo tiempo sin ver un sólo seno, y han comprobado que los pobres están fatal.
Tampoco sé, si los senos se los enseñaban en foto, o había una o varias voluntarias, para durante diez minutos, estar con los pechos fuera, en pro de la ciencia. En España, por un módico precio, visto como están las cosas, me ofrecía hasta yo.
Supongo que harían un casting de pechos, porque no todos son iguales, y no es lo mismo contemplar a Samanta Fox, que a Karmele Marchante (con todos mis respetos, que nunca le he visto los pechos a esa señora).
O quizá la estrategia fuera que las esposas de los susodichos señores, eran las encargadas de quedarse en topless durante diez minutos al día, para la realización del estudio, y ahí sí que cada uno tenía que conformarse con lo que tuviera en casa....
Me imagino que habría tortas por participar en el estudio, aunque claro, cabía también la posibilidad de que te tocara en el grupo de los de abstinencia, y eso los hombres, y basta que se lo prohíbas, más aún, no lo llevan muy bien.
Me pregunto qué sucederá con los gays. Qué pasa, que los pobres no pueden vivir más años, o hay que enseñarles los pechos pero de hombres.....o quizá una zona más...sugerente.....¡¡¡Ufff!!! demasiado complicado para una estudio científico.
Lo más sorprendente del estudio es que está realizado por una Doctora¡¡¡¡, mujer, sí, que me atrevo a sugerir que tenía dos posibles problemas:
Uno, que estaba harta de que le miraran los pechos y decidió darle, un significado científico...
Dos, que no le miraba los pechos nadie, y se inventó esta majadería, para que al menos unos minutos al día los hombres tuvieran la necesidad de contemplarla....
Desde luego, los hombres están encantados con la noticia. De hecho mi marido vino muy serio a contarme las conclusiones del estudio, y absolutamente convencido que era lo que tenía que hacer para vivir más.
No comer menos, hacer deporte, o vivir sin estrés. No. Contemplarme los pechos todos los días como medida terapéutica.
Así que cuando de pronto le pesco observándome, no le puedo regañar, porque son "mis diez minutos correspondientes".
Y además, como hace quince años que estamos casados, y hasta ahora no conocíamos la importancia de tales visiones, según él llevamos retraso y tiene que recuperar el tiempo perdido¡¡¡¡¡
Reconozco que entiendo la explicación física de lo que les sucede a los hombres al ver unos senos de una mujer. La frecuencia cardíaca se estabiliza, baja la presión arterial y mejora la circulación sanguínea.
Y posiblemente segreguen noradrenalina y dopamina, y eso les haga sentirse felices y excitados.
Lo que me parece fatal es que la doctora Karen Weatherby, que es la que quería enseñar los pechos, digo, perdón, la que quería enseñar lo bueno que es ver pechos, lo compare con hacer treinta minutos de ejercicios aeróbicos.
Eso, es, a mi modo de ver, un poco exagerado, y conociendo a los hombres, los gimnasios se van a poner en pié de guerra, porque la opción de la Doctora Karen, es, sin duda, más placentera, conlleva menos esfuerzo, y es infinitamente más barata.
Estoy totalmente emocionada esperando que los científicos publiquen el estudio que diga qué tenemos que mirar las mujeres para vivir más. Aunque me temo, no sólo que no hay nadie que esté estudiando eso, sino que además no sé si lo van a encontrar. Y es que nosotras somos más complicadas y no es tan fácil complacernos.
O sea, que no nos morimos por contemplar durante un rato los pechos de ningún hombre, ni aunque sea Mario Casas, ni ninguna otra parte del cuerpo....de ningún macizorro del estilo.
Si nos ponen delante durante diez minutos un pastel, lo que harán es cabrearnos por no poder comérnoslo, y si es un bolso de Prada, se nos pondrán los dientes largos y aumentará la frustración porque se nos sale del presupuesto y jamás tendremos uno.
Pero nada de lo que nos pongan delante hará que vivamos más años, o que sudemos como si hiciéramos aerobic.
Aunque me encantaría al menos tener esos diez minutos al día para poder perderlos, aunque fuera viendo las pantorrillas de Ronaldo, o para estar simplemente con los ojos cerrados sin ver absolutamente nada ni a nadie.
Desde luego los hombres son de un simple que me impresiona.
Y además los científicos se empeñan en realizar cada cierto tiempo estudios que lo corroboran¡¡¡¡
No sé qué esperamos en tomar el mando del mundo y librarnos de ellos¡¡¡¡¡

                                 
La verdad es que por detrás también está muy bien el chico.....hummmmm a ver si va a ser cierto......


jueves, 28 de junio de 2012

El "tontolaba"

Era el día de la semifinal de la Eurocopa.
Hacía mucho calor y mis hijos y yo decidimos ir pronto a la playa. Me pidieron permiso para llevar la camiseta de España, y se lo dí.
-Hoy es el día más propio - pensé.
Estuvimos un rato en la playa, y a la una, cuando hacía ya demasiado calor, y parecía que venía galerna, decidimos marcharnos.
Mis hijos iban delante de mí y les indiqué que pararan para quitarse la arena de los pies. Pasé por delante de un chico joven, en el que no me había fijado, y el chico, que se estaba también calzando, me miró fijamente.
No sé cómo expresarlo, pero vi en su mirada un odio revenido, profundo, y una expresión de repugnancia que me dio mal rollo.
- ¡Joder...!- me espetó.
- No tenías otra camiseta que comprale a tus hijos, la ostia¡¡¡ así nos van las cosas...-sentenció
Me quedé muda, por un instante, no me podía creer que alguien fuera tan "tontolaba".
Me repuse y le contesté:
- Y tú ¿que problema tienes con ello? A ti... ¿qué más te da? Son camisetas de fútbol, por favor.
Vale... no es que fuera una respuesta de concurso, pero es que siempre me pasa lo mismo, se me ocurren cien mil respuestas más ingeniosas que esa cuando ya ha pasado una hora. Pero en fin, ¡qué se le va a hacer!
La verdad es que la cara de asco con la que el chico me miraba, me dio tristeza. Porque es muy triste que alguien se moleste porque mis niños lleven una camiseta de fútbol de una selección, la del país que está más cerca de su casa, la de un país del cual serán muchos conocidos suyos, si no es que sus padres son de Valladolid, que también puede ser.
Me da tristeza que si mis hijos hubieran llevado la camiseta de la selección de Portugal o de Italia, ese chico ni se hubiera fijado en ellos, pero está tan contaminado por sus propias ideas, está tan intoxicado por su propio odio, es tan esclavo de su propia libertad que no soporta que los demás piensen diferente y lo que es peor, no los respeta.
He de decir, que inmediatamente la gente que estaba junto a nosotros empezó a increparle y a decirle que se callara. Le llamaron impresentable, mamarracho...etc y eso hizo que el tío se largara rápido, viendo que no tenía quorum. Son muy valientes ellos.
Digo ellos, los que son como él, los radicales, los batasunos, o como queráis llamarlos, los intransigentes, los que se llenan la boca hablando de democracia, y que creen que la libertad de expresión de los demás termina donde empieza la suya.
Una señora, que era de las que da la razón a todos, incluida a mí, decía:
- Es que lo primero es el respeto, aunque no esté de acuerdo contigo
De acuerdo en qué? El que no se quiera poner una camiseta de España, que no lo haga, pero no tiene que esta ni de acuerdo ni en desacuerdo conmigo, faltaría más.
Yo puedo entender que alguien no se sienta español. No lo comparto, pero puedo entenderlo. Pero lo que no puedo comprender es que les moleste que yo lo sea. Puedo entender que alguien desee con toda su alma que Euskadi sea independiente, que haya una selección de fútbol que compita contra otros países importantes, y que sólo se hable en euskera. Pero no entiendo por qué eso tiene que ser directamente proporcional al odio por el castellano, por España, o por su selección.
Yo he vivido muchos años fuera del País Vasco. Y he vuelto hace un tiempo, y me encanta. Estoy enamorada del paisaje, de la comida, de la nobleza de la gente, de su hospitalidad, y estoy muy orgullosa de ser vasca. Pero también estoy muy orgullosa de ser española, y no me da la gana de tener que renegar de alguna de las dos.
No soy menos vasca, ni de menos categoría, ni tengo menos derechos como vasca que los batasunos, los independentistas o los nacionalistas. Por no hablar euskera perfecto, cosa que estoy intentando, no desmerezco como vasca, ni soy menos digna de ello.
Y , por supuesto lo contrario. Por ser vasca, amar Euskadi, disfrutar de sus paisajes, o de sus costumbres, o cantar canciones en euskera, no soy menos española, ni de menos categoría que los demás españoles. Por tener un apellido vasco, o por decir agur, no soy española de segunda categoría.
Puedo, y quiero ser las dos cosas. Así venga un tontolaba a increparme por animar a la selección, o un fanático me tilde de terrorista por llamarme Gaizka.
Al de ayer le tenía que haber dicho, que sí, que podía haberles comprado otra camiseta, pero es que con la de España, la del Racing de Santander, la del Athletic, la del Madrid, la del Tenerife, la del Liverpool y la de Italia, (que son las que tiene en realidad) me parecía que ya tenían suficientes.
Y le podía haber dicho :
- Que sepas que ser eres. Por mucho que te repatee el hígado, por mucho que te reviente, por más que protestes, toda tu vida, lo vas a ser. Por más que me insultes, que amenaces, que aplaudas cuando las cosas nos vayan mal, o que brindes con champán cuando maten a alguien, por más que te inventes un carnet que ponga que eres vasco, por más que hables en euskera, aunque el pobre tendero sea de Perú (cuando te convenga, porque el de ayer me habló clarito en castellano, para asegurarse de que le entendiera), que sepas que ser eres.
Español, me refiero, además de tontolaba.
Cuando nos marchamos de la playa, con un sabor amargo, los niños iban como con vergüenza por si la gente les miraba mal por llevar esa camiseta, cosa que hasta entonces no se les había ni ocurrido (son niños, por qué se les iba a ocurrir semejante tontería), y yo no sabía como quitar hierro al asunto.
De pronto un coche que nos pasaba se puso a pitar.
- Otro¡¡¡¡- pensé,- pero qué pasa hoy?
Era un coche moderno, negro y el chico que lo conducía un chico joven, como el anterior. Sacó la mano por la ventanilla y nos gritó:
- ¡Aúpa España!
Mis hijos me miraron sonrientes, menos mal, no todo está perdido. Todavía hay esperanzas de que los tontolabas no puedan contaminar al resto de la humanidad. Podemos lograrlo aún.
Además me queda la satisfacción de que ganamos la semifinal, con taquicardias y sudores, pero ganamos, y espero sinceramente que se le cortara la digestión al susodicho, y no pudiera pegar ojo acordándose de la camiseta de mis niños y de la madre que los parió. Sin acritud.
Yo, por cierto dormí estupendamente.

                     
           Dios mío, si hablábamos de fútbol¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

domingo, 10 de junio de 2012

Historia de una comunión

La de mi niño, para más INRI.
El día comienza bien. El niño se despierta pronto, nervioso, como es de esperar y va inmediatamente a ver qué tiempo hace.
-¡Mamá, hace sol!
Qué raro, dijeron que podía llover a primera hora y luego mejoraría. Qué significa esto? Que va a llover justo cuando vayamos a la iglesia? O que como es habitual, los del tiempo no dan una y va a hacer un día cojonudo?
Pues, sorpresa, sorpresa, ni idea.
No importa, es la comunión de mi peque y todo va a salir bien, llueva o no.
Tenemos tiempo, desayunamos tranquilos, nos duchamos sin prisa, el tupé del niño, las planchas de mamá, todos en ropa interior hasta el último momento para no sudar...vamos, lo habitual. O no?
Son las doce, falta una hora, vamos a empezar a vestirnos...
¿Qué es eso? El timbre, una visita. Pese a las peticiones explícitas e implícitas de que no viniera nadie antes de la iglesia porque era un poco lío, (en realidad un lío de cojones), siempre hay alguien que no escucha, o bien le da igual.
Vale, les recibo en bragas, literal, no es un decir.
-Hola, hola, yo no os puedo atender que no estoy visible
-No importa, tú a lo tuyo.
Vale, el niño ya está. Se queda con la visita, le dan los regalazos...todo va bien.
Salimos a la iglesia. Andando, porque está cerquita. Demasiado pronto para mi marido, yo soy una histérica, siempre voy demasiado temprano. La iglesia es pequeña, es para que los abuelos tengan sitio cerca. Da igual, soy una histérica.
Estamos en la iglesia, no hay nadie. Hemos llegado pronto, ¡ah!¡ no! ya está mi madre , claro, es igual que yo, otra histérica.
Van llegando los niños y sus familias. De la mía falta tres. Los que estuvieron ayer en Madrid en la final de copa. ¿llegarán?, y lo más importante...¿estarán de cuerpo entero?
Llega el primero, mi padre, está entero, bien. Llega el segundo, mi cuñado, con su dos niños, también está entero. Falta uno, mi hermano. Ese, fijo que no está ni entero ni a cachos, pero llegará, eso espero.
Es el cura el que llega tarde, para variar.
Ya está todo preparado, van a salir los niños.
La señora del micrófono, una que no sabemos si la han puesto ahí o se ha puesto sola, decide empezar a cantar antes de que el del órgano le dé el tono. Acertara? No, of course.
Se masca la tragedia.
Vienen con alegría Señor, cantando vienen....
Cada uno en un tono, desastroso. Al del órgano se le pasa la canción intentado coger la nota de la maestra de ceremonias. Imposible.
Salen los niños, en fila de a dos. Qué monos. Qué distintos. Que pintorescos. La primera niña va de princesa, su acompañante en vaqueros. Hay almirantes, grumetes, marineros de primera, alguno en bermudas y novias, princesas y una con un vestido de encaje difícil de clasificar.
En la variedad está el gusto, dicen.
Comienza la ceremonia, los niños salen a leer, los padres también...todo marcha normal. No hay lecturas, sólo el evangelio. Nadie canta el Aleluya, la del micrófono se ha despistado. Casi mejor.
Sermón del cura. Pretende que los niños hayan escuchado algo de lo que ha dicho...qué feliz, si no me he enterado ni yo¡¡¡. Pero sí, alguno responde, va bien la cosa.
Seguimos, no hay credo, ¡vaya! para una cosa que los pobres críos habían ensayado....
Las ofrendas, ahí sale el mío, qué mono, qué bien lee. El mejor de todos, y el marinero más elegante, sin florituras, pero tampoco  grumetillo. El clásico.
¡¡Oso ondo pichín!!! le guiño el ojo.
Seguimos, salen todos los niños al altar para cantar el Gure Aita (el padre nuestro, para los foráneos). En ese no hay forma de confundirse, es imposible cantarlo mal. Excepto la del micrófono, que tiene un master en destrozar el cancionero.
Después va la paz (por cierto el santo se lo han jamado también, y la maestra de ceremonias intenta meterlo de rondón en algún hueco, hasta que el cura le dice que lo deje estar). Pero...
Un niño se está balanceando, al lado del mío. ¿Qué hace?
¡¡¡Se va a desmayar!!! Salgo del banco, sin pensar en mis tacones lejanos, y en la minifalda peligrosísima que llevo y me lanzo a coger al vuelo al niño antes de que se abra la cabeza.
¡¡¡Menos mal!!! pobre, está pálido como la pared. Que se siente, mejor. Le van a dar una coca-cola.
La misa sigue. Van a comulgar. Es también el momento del fotógrafo, que no tiene más que una oportunidad para sacar una foto a cada niño, a poder ser sin que tenga la lengua fuera, o esté poniendo cara de asco intentando tragar.
El mío va el primero. Qué mono. No pone cara rara. Me mira de reojo. Ya está. Es importante para él. Es su momento. No lloro. Estoy feliz.
Ahora va el resto. El del órgano se apresura en dar el tono para evitar el estropicio, pero la del micrófono va por libre y la Espiga dorada bajo el sol, se torna en una catástrofe de dimensiones descomunales. Dos familiares míos se afanan en cantar lo más alto posible en el tono adecuado, a ver si se arregla el desaguisado, pero es demasiado tarde. Jamás he escuchado una canción en tantos tonos diferentes.
¡¡Qué horror!!. La del micrófono lo ha dado todo y ahora se parece a Joaquín Sabina, pero se mantiene interpérrita en su empeño por entrar en el Guinness World Records.
Mi marido y yo no podemos de la risa. La señora me está mirando y me hace una seña. ¿Me habrá visto reirme? ¡Ah!¡no! ¡¡¡Que nos toca leer!!! Con la risa se nos había ido el santo al cielo¡¡¡
Salimos al estrado, digo al altar. Qué monos, leemos estupendamente, los mejores, y los más guapos, sin duda.
Termina la ceremonia. Sólo queda la despedida a la virgen. ¡¡¡Begoñako Andramari!!! Otro clásico. Las canciones estaban puestas a propósito para que no hubiera confusión. Es difícil cagarla, pero ya no espero nada. En efecto, la del micro, lo consigue. La pobre virgen de Begoña me parece que pone cara de pena. El cura nos despide a toda velocidad, para ver si termina cuanto antes la peor misa de la historia, y está pensando: -Menos mal que no he dejado grabar vídeos. Si me sacan en You Tube me echan de cura, fijo. La gente sale cagando leches para poder criticar a gusto a la concertista que nos ha dado la mañana.
Entonces el fotógrafo decide que es su momento y pone a todos los niños, menos el desmayado, el pobre, que aún no se ha repuesto, en las escaleras del altar. Todos, los de mayor y menos rango, los almirantes a la derecha y los rasos a la izquierda, princesas delante y la novia con velo detrás por favor que me tapa al del pantalón corto, que es bajito (yo no le hubiera puesto en primera fila, porque las canillas le desmerecen un poco al muchacho, pero en fin). Algunos, como el mío, parecen sacados del futbolín, con las piernas abiertas 45 grados, y otros parece que pasaban por allí, y no tienen pinta de acabar de hacer la comunión. Lo dicho. Muy pintorescos.
Miro a ver si encuentro al tercero que me faltaba. Mi hermano. Sí está. Lo de cuerpo entero es un eufemismo, y está apoyado contra la pared, con sudores fríos y más blanco que el niño desmayado. Pero está. Y se lo agradezco.
El resto del día fue tan normal, tan feliz y tan agradable, que no tiene gracia contarlo. Lo que merecía la pena era contaros el previo y la ceremonia.
Menos mal que la catequista dijo que ella prefería no cantar, que lo hacía fatal. Fue entonces cuando la otra debió decir: -ya canto yo, que en el colegio me decían las monjas que tenía un oído privilegiado.
Manda cojones. Que Dios le conserve la vista, porque lo que es la oreja......





domingo, 29 de abril de 2012

Vaya cara dura

Los hombres son una especie a extinguir.
No toda la especie humana, digo, los HOMBRES, machos, varones, tíos, o churris, como os parezca mejor.
Pues sí que se está poniendo radical la cosa, pensaréis, pero es que sí, hay que empezar a cortar por lo sano o nos vamos a pique.
Y porqué los hombres?
Pues porque son los responsables de todos los males del mundo y encima tienen un morrazo que se lo pisan y son los únicos que disfrutan de las pocas migajas que nos quedan.
Desde los pertrechados tras su turbante o su pajarita, que mueven las finanzas mundiales y ya se sabe, el que parte y reparte se lleva la mejor parte, hasta el currele enfundado en su mono azul, que te mete un puro del tres por cambiarte dos alógenos, porque como ha visto que eres una mujer, presupone que eres tonta, y que no tienes ni oficio ni beneficio y te puede engañar como a una china.
Pero ¿ Por qué estoy tan enfadada? Pues por eso, por el morro que le echan.

Lo voy ha explicar estupendamente.

Resulta que por aquí, por Bilbao, el equipo de fútbol (acabáramos...) de la tierra va a jugar este año dos finales super importantes y que hace muchísimos años que no lo hacía, o al menos que no las gana.
Vale, pues qué bien, estamos todos y todas muy contentos.
Pero no, ELLOS están más contentos que nosotras, y además tienen más derecho a estarlo, y por eso, sin contar con nosotras, todos los varones de Vizcaya, son capaces de organizar en media hora, un viaje que cuesta mil euros, sin saber si tienen entrada aún, para ir a ver a su equipo, caiga, quien caiga.
Y además por partida doble, porque son dos finales, una a principios de Mayo y otra a final de Mayo.

Lo curioso es que son los mismos que cuando nacen sus hijos no se pueden coger la baja por paternidad porque son imprescindibles en el curro, o no pueden, imposible, ni por lo más remoto, estar libres si sus hijos tienen fiesta en el cole, tienen bronquiolitis, reunión de catequesis, dentista, cumple de un amiguito, o el  Puente del Pilar. Pero para esto, en cuestión de dos horas, TODOS, y cuando digo TODOS, digo TODOS, tienen disponibilidad total, para largarse dos días del curro, dos veces, con quince días de intermedio. Y sus jefes no les dicen nada, porque tampoco van a estar.
Además, no hay crisis que valga. Lo mismos que les echan la bronca a sus señoras por ir a la pelu dos veces al año, no tienen reparo alguno en gastarse mil euros, o en poner seis mil euros para hacer la reserva de toda la cuadrilla, cuando aún no saben si van a poder ir todos¡¡¡
Es acojonante ver, que los mismo tíos que no son capaces de que con 50 euros les llegue para comprar las cuatro cosas que les has puesto en la lista de la compra, se las ingenien para hacer un programa estadístico, para que si son doce amigos, y tienen dieciséis carnets, consigan en un sorteo que les toquen entradas a todos mediante el cálculo matemático del intervalo de tiempo en el que hay que solicitar la entrada por internet, para que el número de posibilidades sea exponencial. ¡¡¡Toma castaña!!!
Y además, todo este teje maneje de viaje, él reserva, yo te pago, tú le pagas al otro, yo te doy la tarjeta, él confirma en una hora.... se hace, sin contar con el beneplácito de sus respectivas mujeres que están completamente al margen de todo. Porque ya hemos dicho antes que ellos están más contentos que nosotras y tienen más derecho a estarlo.
No es que haya que pedir permiso a la mujer para todo, pero una espera al menos una conversación del tipo:
- Cariño, oye, que quería ir a la final de Bucarést, del Athletic.
- Pero...¿eso cuesta mucho no?
- Bueno... mil euros...pero me hace mucha ilusión...
- Y ¿el viaje a Benidorm que queríamos hacer?
- Bueno...he pensado que igual preferías ir donde tu madre al pueblo...que a mí no me importa....
- Pero...si tú odias el pueblo...y a mi madre..
- Bueno...todo sea por tu felicidad.....

Una cosa así. Por lo menos en ese caso todos sacaríamos algo positivo de la cuestión.
Pero esta conversación no existe en absoluto, y los machos, tíos, varones, con dos cojones, prefieren organizarse el viaje, sin consultar, y luego aguantar estoicamente la bronca y estar dos semanas sin mojar, que es lo que, como mucho le durará a la mujer la mala leche.

Desde luego no hay derecho.

Llegados a este punto, he de confesar que me siento como Cruella de Vil, porque mi marido no ha sido capaz ni de plantearse en serio lo del viaje. Tuvo un momento de debilidad, pero debo de dar mucho miedo, porque no expresó sus deseos en voz alta, habida cuenta de que uno de los viajes es el día antes de la comunión de su hijo, y podía arder Troya ante la simple insinuación.

Mi pregunta es: ¿De verdad todas las mujeres pueden hacerse cargo de todo esos días de ausencia varonil?

Pues claro que sí, eso es obvio, como siempre, pero esto nos pasa por no protestar a tiempo.
Quizá deberíamos hacer una revolución aprovechando que sólo van a quedar mujeres y niños en todo el territorio y como las Amazonas, apoderarnos de todo y no dejarles volver.

Y cuando vayan a bajar del avión, con una resaca del copón, la bufanda mugrienta en el cuello, los ojos en los pies, la camiseta oliendo a tigre y todavía con ganas de gritar : oé, oé, Athletic, oé, entonces,les damos media vuelta y ¡ala!, que les cuidan en Bucarést.
No sé si cuajará mi idea, hay mucha cobarde suelta....

Bueno, de momento lo que voy a fundar es un nuevo sindicato, que al final será más importante que los que hay ahora, en los que mandan hombres y por tanto no sirven para nada, que se llamará: "EEHH"
O sea, "Estamos hasta los huevos"
Y que como todo buen sindicato tendrá filiales en todas las comunidades y se llamarán:
"EEHHMA" , Estamos hasta los huevos de los maridos
"EEHHFU", Estamos hasta los huevos del fútbol
"EEHHNI", Estamos hasta los huevos de los niños
y cómo no, "EEHHSU", Estamos hasta los huevos de la suegra (¡¡que encima defiende a su hijito!!)

Interesadas escribir a wwwlosdebucarestvanaestarapalosecounmes.com

¡Ah! y ¡¡¡¡ Aupa Athletic!!!!   Que lo cortés no quita lo valiente

                           





martes, 7 de febrero de 2012

El Salsódromo

El pasado viernes estuve en un salsódromo.
No es una palabra despectiva, si en Brasil bailan samba en un sambódromo, esto, a todas luces era un salsódromo.
O sea, era un local donde la gente va a bailar salsa. Y sólo salsa.
No....que un rato bailan salsa, y luego reguetón, y más tarde ritmos caribeños.
No. Sólo salsa.
Y si estuviéramos en una zona geográfica donde "autóctonamente" todo el mundo baila salsa, ( como la Samba en Río) pues no sería nada raro, pero es que yo vivo en Getxo, con TX, y aquí, el día de Santa Águeda para más INRI, lo normal es vestirse de vasquito, con medias gordas de lana beige, camisa negra tipo Olentzero, pantalón mil rayas o azúl albañil, y makila o palo de madera con cuerditas rojas, blancas y verdes, y salir a pasear por el pueblo cantando altzandunaigunagatedeuna....eeeuuuuú!!!!! en euskera.
Así que verme en un local lleno de gente que para nada llevaba medias gordas, y ni mucho menos makila con cuerditas fue sin lugar a dudas....pintoresco.
Yo no es que sea una salsidista activa, es decir, que no me gusta la salsa particularmente, pero tampoco soy salsófoba con lo que puse toda mi atención en lo que allí veía para intentar atender, aprender, y sobre todo enterder cómo gente con pinta y cara de bailar un aurresku, de pronto se transforma al oír unos compases y comienza a mover las caderas y a dar bolatines como una peonza, sin terminar en el suelo despatarrado (bueno, ellas si se despatarraban un poco, pero todo bajo control).
Primero he de decir que como siempre, la diferencia entre hombres y mujeres era tremenda.
Ellos parecía haber salido de casa a tomar una copa en cualquier bar de la zona. Pantalón vaquero, sudadera, y zapatillas. Solamente los que luego hicieron baile de exhibición se pusieron pantalón prietillo, camisa morada,de seda, con chorreras, abierta hasta el ombligo y sin solución de continuidad con el fajín y el pantalón ( hasta el punto de no saber si eran una sola pieza) y zapatos de tacón cubano.
No pongáis esa cara, que fue la que puse yo, porque en su defensa diré que los flamencos van bastante parecidos ( con el sombrero Cordobés pero parecidos) y los del aurresku llevan alpargatas.
Así que su pinta era la que correspondía para su actuación.
Cosa diferente son las mujeres.
Ahí va la feminista, me diréis, y es verdad, soy un poco Cristina Almeida, en vez de Arraibi en estas cosas, pero me saca de quicio que si un hombre puede hacer algo en zapatillas, la mujer deba hacer lo mismo en canicas. O casi.
Y es que las féminas del evento iban prácticamente en bolas. Y no me refiero a las exhibicionistas, digo.., a las que hicieron el baile de exhibición, que efectivamente iban todas en bolas pero por exigencias del guión, supongo, porque para dar tantas vueltas en el aire, una falda larga estorba, y con unas zapatillas de deporte le sacas un ojo a tu compañero.
No, me refiero a las normales. A las que se suponía que iban a aprender, como yo, pero que venían enseñadísimas de casa, con su vestido prieto no, lo siguiente, y sus zapatos del ballet de "Sally O´Neal", que curiosamente, y a pesar de estar nevando fuera, todas habían traído escondidos en sus bolsos¡¡¡
Bueno, para ser justa lo de la pinta es aneccdótico, porque en realidad lo flipante, no era su escasa ropa en una noche invernal como pocas ( que allá ellas con sus constipados) sino la manera de moverse.
Aquello parecía la casa de los currantes de Dirty Dancing, cuando bailaban todos prietos y a la pobre Baby se le caía la baba porque ella también quería apretarse así con Patrick Swayze ( descanse en paz).
A principio pensábamos que cada uno sólo bailaba con su pareja, porque el frote era importante y uno (sobre todo ELLOS) no es de piedra, pero no, resulta que al cabo de un rato se cambiaban y aquello parecía Sodoma y Gomorra!!!!
Y todos y cuando digo todos, digo TODOS, sabían bailar perfectamente aquel frenético ritmo, y sudaban al tiempo, meneaban el culo al tiempo y daban vueltas al tiempo.
Pensábamos que tenían que tener una especie de código para saber cuando tenían que voltear a la derecha, y cuando a la izquierda, y cuando echar la cabeza "patrás" como si la chica se fuera a desmayar y él la salvara de una caída segura.
El "organizator" del evento, que también bailaba estupendamente, y muy, muy apretado, nos dijo que los hombres, cómo no, manejan a las chicas y ellas se dejan llevar, y lo que pase luego es cosa de los asistentes, no del organizador.
Algunas, que debían ser que habían llegado solas, se paseaban por la barra, metiendo tripa y sacando pecho, y como mirando al tendido, hasta que uno se acercaba a ellas y aalaaa, a frotarse!!! y así volvían acompañadas, digo yo.
Lo cierto es que mi hermana, una amiga y yo estábamos aterrorizadas, por si a alguien se le ocurría sacarnos a bailar, ya que creíamos que nos iban a enseñar y aquello parecía más bien un examen de perfeccionamiento, pero como no íbamos adecuadamente vestidas, es decir, como íbamos vestidas, no se nos acercó nadie, gracias a Dios.
La amiga de mi hermana, había traído al santo de su novio, y el pobre estuvo toda la noche agazapado tras una columna porque él si estaba de buen ver (dentro del percal he de decir que de MUY buen ver) y corría serio peligro de verse asediado por alguna de aquellas chicas tan sueltas, además de estar amenazado de muerte por su novia que ni loca le iba a dejar que se arrimara tanto.
Fue una noche interesante, Me hubiera gustado más si hubiera sido para aprender, pero claro, ya no habría sido un evento a tal efecto y con exhibicionistas, digo, bailarines de exhibición, para eso habría que acudir a una academia y empezar de cero, como todo en esta vida.
La verdad es que la salsa hay que sentirla, si no, se nota y queda feo, si no hay química entre los bailarines, queda ortopédico, y la salsa es un baile que viene de una tierra caliente caliente, y hay que bailarla apretado y al frote.
Y es precioso verlo cuando lo hacen bien, y es increíble las acrobacias que hacen, en serio.
Y el que no se vea capaz, y no miro a nadie, pues que se quede con Paquito el Chocolatero, que también tiene su gracia.

                                Con Patrick también me hubiera arrimado yo

sábado, 21 de enero de 2012

Reciclar

Yo me jacto bastante de ser una persona comprensiva, solidaria, caritativa, que no me gusta hacer daño a la naturaleza, ni a los animales, sin soplapolleces, porque como de todo y no vivo en una comuna, pero soy limpia y hoy en día además he de ser ecológica y alternativa. Pues vale.
Y como todo hijo de vecino, intento reciclar en la medida de mis posibilidades. Y esto no es un a frase hecha, no, qué va, es que últimamente lo ponen más difícil que el examen de acceso a la universidad Oxford.

Para empezar, he de decir que: cómo no, no se han puesto de acuerdo ni en los contenedores, ni en las bolsas.
En Madrid, los plásticos y recipientes deben ir en bolsas amarillas ( en los supermercados no te las dan, pero luego las tienes que comprar, no te jode....) y pobre de tí como lo tires en otra, y te vea el portero de tu finca, porque la bronca que te va a echar es bochornosa, y te vas a querer morir, sobre todo porque el portero huele a sobaco y lleva diez minutos en este país, pero se sabe toda la normativa municipal al dedillo y está ejerciendo su reducto de autoridad, y con dos cojones, además.
En Bilbao da igual la bolsa ( usas las del súper, que ya te las cobraron antes), y es mejor que no vayas de enterado y compres unas amarillas diciendo que "en Madrid lo hacíamos así" porque como son muy grandes no van a caber por el ridículo agujero que tienen los contenedores del Bocho, que no se parecen en nada a los de "la Capi" , por lo que después de quedar como un tonto empujando la dichosa bolsa durante diez minutos, al final la tirarás al contenedor de orgánico y te irás a casa con cargo de conciencia.

Pero no es sólo eso.
El cubo que debes tener en tu cocina es de un tamaño imposible, para las dimensiones de las cocinas de hoy en día y además no hemos tenido en cuenta las papeles, las botellas, el aceite doméstico, y los aparatos eléctricos, así como las pilas, de forma que el tendedero va a parecer un punto limpio y claro, entre tanta mierda, haber quien es el guapo que tiende los tangas¡¡¡
Además todo el mundo sabe que la distancia a la que está el contenedor apropiado para lo que debas reciclar será directamente proporcional al tamaño de las cosa que vas a tirar, y como sean varias la has cagado porque nunca estarán todos los contenedores juntos y te faltará el del vidrio, o el de los cartones o el del aceite.
Y encima te ponen trabas para tirar las cosas y una se vuelve loca intentando aprendérselo todo¡¡¡
Por ejemplo:
La tapa del yogur, va en el mismo sitio? noooooo
El corcho de la botella va al contenedor del vidrio? noooooo
La bandeja blanca donde ponen la carne dónde coño vaaaaaa?
Y si tiene un resto orgánico ¿ lo tengo que limpiarrrrrrrr?
Los botellines son vidirio, y las copas de vinooooo?
Y yo qué seeeeeeeeeee
Oigan, que es muy difícil y si la cagas, ya has fastidiado la bolsa entera.

El otro día había una señora al lado del los contenedores. Tenía una bolsa con varias cosas e iba la pobre repartiendo según fuera papel o plástico. En una de esas la señora dio un respingo.
¡Oh! se había equivocado y había tirado unos plásticos en los papeles¡¡
Me miró de soslayo y yo aceleré el paso, como que no me había dado cuenta y de pronto la señora empezó a meter la mano en el contenedor, intentando coger lo que había tirado por error, mientras resoplaba:
- Uff, no llego, es que tengo el brazo corto, quizá algún joven que me ayudara...
- Ni de coña, pensé yo. No meto el brazo en un contenedor ni aunque se me haya caído el niño dentro¡¡¡
Que luego te lo tienen que amputar.
Pero..¿veis a lo que me refiero?
La pobre señora tenía un disgusto mayor que si pierde la cartera en misa, y señores alternativos, los ecológicos estos que se inventaron lo del reciclaje y que, of course, se han hecho de oro con el tema y tienen a un portero privado para que les haga los deberes...¿hay necesidad que hacer sufrir a una pobre señora, que lleva un cuarto de hora a nueve grados, quitando el plástico de los cartones de leche, con los muñones congelados, y que por un descuido se ha tenido que ir a su casa pensando que se ha cargado la cadena  alimentaria, o algo así?
¿Es realmente necesario tanto esfuerzo, para que al final, los camiones mezclen todas las bolsas y no sirva de nada todo el trabajo, que, como siempre, los de la clase media, hemos hecho?

Bueno , pues piénselo bien, porque realmente, que nos cobren la tasa de basuras para que seamos nosotros los que les hacemos el trabajo sucio......

                                     
              No te fastidia...........