viernes, 24 de octubre de 2014

Un digno resbalón

El otro día tenía prisa.
Eso realmente no es ninguna novedad, pero sí es un factor condicionante de lo que me pasó y me dispongo a contaros.
Bajaba yo, rauda y veloz con mi vestido minifaldero, acorde con el veraniego día, y mis chanclas monísimas de la muerte.
Iba con el tiempo justo, para variar, porque tenía que coger sí o sí el siguiente metro, así que bajaba las escaleras con paso ligero.
Llevaba las manos ocupadas, con el bolso, la cartera, la tarjeta del metro y además una bolsita con mi almuerzo mañanero, que, como es habitual, se pasea ida y vuelta todos los días en espera de que alguna mañana tenga tiempo, de verdad, y me lo coma.

Fue entonces cuando me caí por las escaleras del metro.
En realidad, el término correcto sería " me despatarré".

Sí, realmente no fue una caída, si no que me quedé colgando, entre varios escalones, con las piernas abiertas en una postura poco formal, la minifalda fuera de su ámbito habitual y los brazos a su libre albedrío.
Por supuesto no solté ni el bolso, ni la cartera, ni la tarjeta, ni la bolsita,.., antes morir que perder la vida,... con lo que recuperar la compostura se tornaba harto difícil.
Me hice un daño incomensurable en un tobillo, y las lágrimas brotaron como si de un dibujo japonés se tratara, mientras intentaba bajar la falda hasta una altura aceptable y procuraba, no sin esfuerzo, ponerme de pié.
Lo peor de todo este asunto es que el andén estaba lleno, hasta los topes, y nadie, y cuando digo nadie, es nadie, se dignó ni siquiera a mirar si me había matado, o si me había abierto la cabeza y se me estaba desparramando el cerebelo.

NADIE, lo juro.

Podría haber varias hipótesis que explicaran este hecho.
- Una, que la gente es mala. Y les da igual si me he matado, mientras eso no haga que retrasen el metro y trastoquen sus planes. Es bastante probable.
- Dos, que habida cuanta de la pinta con la que me quedé colgando en las escaleras, la discreción se hubiera impuesto y no quisieran hacerme sentir más vergüenza de la que yo solita ya sentía. Poco probable.
- Y Tres, que nadie quisiera arriesgarse a perder la posición en el andén, lo que a ciertas horas significa un drama de dimensiones descomunales. Lo más probable.
Y es que en las horas punta, cada persona que ves en el andén, aunque tengan cara de despiste, sabe perfectamente dónde está colocado y por qué, y hay todo un estudio milimétrico de en qué punto concreto se detiene el metro, para poder tener la puerta justo enfrente, entrar el primero y poder sentarse.
En honor a la verdad yo también tengo mi sitio, y si alguna vez alguien me lo quita, me dan ganas de empujarle a las vías, porque ir de pié hasta mi casa es insufrible, pero no creo que esa ansia superara mi humanidad, y estoy segura de que auxiliaría presta a una persona que se ha pegado semejante batacazo como el que yo me pegué.

En vista de que nadie iba venir a ayudarme, me sorbí los mocos y las lágrimas y me puse de pie, no sin dificultad, mientras sentía que mi pierna izquierda no respondía favorablemente.
Coloqué la falda, busqué la chancla, que apunto estuvo de desaparecer entre los escalones, metí la tarjeta en la cartera, ésta en el bolso y agarré la bolsita con mi almuerzo espachurrado.
Bajé cojeando las escaleras hasta el andén y me dirigí a mi sitio, el mío, el que defiendo hasta la muerte...y ahí estaba una señora que hacía como que no se había coscado de mi percance y protegía su posición con uñas y dientes.

Huelga decir que yo soy de las que me levando a dejar el sitio a las señoras mayores. Pero a las que son mayores de verdad. No a esas que corren como la vieja del visillo a coger sitio y cuando ven que lo han perdido hacen como que se desmayan....
No, esas tenían que estar permanentemente castigadas de pie, por tramposas, y por jugar con los sentimientos de la gente.
Bueno, pues aquella era de esas. Me miraba de soslayo y avanzaba un poco hacia el borde, como diciendo..., "no te voy a dejar ni de coña".
Desprovista de todo tipo de vergüenza, que había perdido en el despatarre anterior, me coloqué tan cerca de ella que nuestros hombros se tocaban, e hice aspavientos sobre el dolor insufrible que tenía en el tobillo.
El metro se acercaba.
Y paró, ya os he dicho que estaba muy medido, con la puerta justo enfrente de las dos.
Yo alcé el brazo inmediatamente con el objetivo de darle al botón de abrir, ya que existe una regla no escrita que dice que quien le da al botón es que puede acceder primero.
La señora hizo algo como: "Grrrrrrr...." que yo interpreté como un improperio hacia mi persona, pero obviamente no tenía tiempo de contestarla y me concentré en mi misión.
La puerta se abrió y yo accedí la primera haciendo gala de una cojera hiper exagerada, hasta que logré sentarme en un asiento en la ventana y en sentido de la marcha.
¡¡¡Ole y ole!!!! Objetivo cumplido!!!!
En ese momento se me olvidó por completo que había enseñado el tanga a toda la estación de Abando en Bilbao, que tenía un esguince grado tres, y que los chorretones de las lágrimas delataban mi penoso estado.
Había vencido en mi búsqueda de asiento, y me había vengado de aquellos que no me socorrieron para no perder el suyo!!!

Lo cortés no quita lo valiente...y si la señora se hubiera quedado de pie, seguramente le habría cedido mi asiento...soy así de tonta, pero por suerte ella también consiguió sentarse y todos nos dispusimos a irnos a nuestras casa tan contentos.

Moraleja:
Si vas con prisa no lleves chanclas.
Si llevas chanclas no corras en el metro
Y si corres en el metro.......NO!!!, en el metro no corras jamás, y menos si está ya en el andén con las puertas abiertas y tentándote: entra...entra....entra...
Lo más probable es que se te cierren las puertas en las narices, ... o te pille el bolso...o  te quedes en el medio haciendo un ridículo del que no te repondrás tan fácilmente.
Lo sé por una amiga......

Hala, ahí os los dejo.

                                       

No se me va a olvidar...os tengo fichados......

jueves, 15 de mayo de 2014

Lo he intentado, pero voy a hablar de Conchita.

No me vais a creer, pero llevo unos días resistiéndome a escribir este blog, y al final voy a sucumbir, como siempre.
En serio, me prometí a mí misma que no os daría el peñazo de nuevo, pero es que el tema es jugosito.
Esta vez no voy a despotricar sobre la canción de España, que lo hizo lo mejor que se pudo, ni tampoco hablaré de que es absolutamente imposible ganar el festival, porque nosotros no contamos, como sí les pasa a los paises de centroeuropa, con un colchón de puntos que, ya de entrada, nos den nuestros "neighbors".
Primero, porque tenemos pocos vecinos, y segundo, porque actualmente pasan de nosotros.
Portugal antes nos tenía un poco de cariño, pero este año, yo creo que estaban mosqueados porque no pasaron la semifinal, y seguramente pensaron que nos es justo que España vaya directamente a la final con semejantes bodrios de canciones. Por eso no nos dieron ni un point.
Grecia, cuando yo era pequeña, nos votaba siempre, según mi madre porque la Reina Sofía es griega, pero yo creo que ahora, los que votan y ven eurovisión, no son muy monárquicos que se diga, y les importa un bledo la cónyuge de nuestro Rey.
Y los franceses nos odian, no sé porqué pero es así de siempre, aunque creo que este año algo cayó.
Pero no, no voy a hablar de los intríngulis del festival.
No.
Esta vez quiero hablar sobre la-lo-le que ha ganado.
Doña Conchita.
De entrada diré, que como nombre artístico, me parece lo mismo que Merche, un horror, aunque nosotros tenemos a nuestra ilustre Conchita Velasco, pero es de otro tiempo, y a una Conchita que sacó un disco hace unos años, que cantaba muy mono, y que desapareció sin dejar rastro....por el nombre, fijo.
Es posible que en austriaco no suene tan mal, pero a mí personalmente me resulta espantoso.
Bueno, pues la tal Conchita se creía muy moderna por salir vestida de Diva y con una barba de señor de Murcia. Pero eso está más pasado que el canalillo.
Huelga decir que todos mis amigos, que en múltiples ocasiones se han disfrazado de mujeres, tenían la misma pinta. Me estoy acordando, sin ir más lejos, aunque no mostraré fotos para no hundirle en la miseria, de mi cuñado, vestido de Geri Halliwell de las Spice Girls, que realmente no tenía nada que envidiar a Conchita. Salvo el vestido de lentejuelas y la peluca...y los pelos de las piernas, pero las de Conchita no las vimos...
Además, cualquier "transformer" español, lo hace igual o mucho mejor. Y tenemos reinonas desde hace muchos años, así que no creo que los austriacos nos puedan dar lecciones en eso.
Tampoco creo que Europa pueda dar a España muchas lecciones ni de tolerancia, ni de libertad.
Y esto lo digo muy seriamente.
A los españoles, y mucho más a los eurofans, les importa un pimiento si Conchita nació llamándose Manolo, y no nos vamos a escandalizar por que se haya operado, haya tomado hormonas, o le guste vestirse de Lagarterana en sus juegos de cama.
Nos da igual.
Vemos eurovisión para elegir la mejor entre todas las canciones, con una buena puesta en escena y punto. Los demás añadidos nos sobran.
Odiamos, como todo el mundo, la discriminación por razón de orientación sexual, entre otras, pero la discriminación positiva, cuando en realidad nunca hubo agravio previo, es igualmente injusta y cansina.
Por tanto, si Conchita no tenía la mejor canción, que NO la tenía, no debía haber ganado.
Por otra parte, he de decir, que la mujer representada por Cochita era de echar a correr. Tenía una uñas tan imposibles que tenía que coger el micrófono con los nudillos y se tapaba la boca con la mano abierta y los dedos estirados, como si por llevar uñas postizas no pudiera cerrar el puño. Es como cuando le pintas los labios a un niño (o a mi cuñado, al disfrazarlo), y ya no pueden hablar porque no pueden cerrar la boca; pues lo mismo. Y la melena no era nada natural, sino totalmente inamovible, como cuando mi amama salía de la peluquería, que ya podía soplar el huracán Mitch, que a ella no se le movía ni un pelo.
Además, cada vez que le daban un doce, que fueron muchos, ponía cara de OMG!!! y lloraba como si la emoción le embargara....y no podía hablar al final...de la cogoja...
Mira, mona!!!, si quieres ser mujer, tendrás que ser menos ñoña, porque esa pose no mola nada...
Aparte de todas estas consideraciones feministas, es importante comentar que los mismos que van de progres por la vida, luego son unos fariseos. Y me explico.
Polonia llevó a un grupo de cantantes (por decir algo, porque no cantaban ni peñazo) bien dotadas, que enseñaban sus melones de forma provocativa mientras un petardo de canción sonaba por detrás. La letra, para más INRI, decía algo así como que las eslavas sabían casarse bien, pues sabían cómo usar sus armas.
A mí personalmente, me pareció infumable. Y al resto de Europa también.
Pero....por qué el utilizar las peras de una mujer como reclamo es reprobable, y utilizar tu orientación sexual confusa de igual modo no lo es?
Es una injusticia.
Quizá el año que viene podíamos convencer a Falete, que es cantante y además lo hace bien, de que nos representara, y para ponerle una poco de desconcierto le vestíamos de camionero, y con bigote.
No es lo mismo?
Me gustaría ver cómo lo defenderían los mismos que este año defienden a Conchita a capa y espada.
No sé, igual me estoy granjeando un millón de enemigos, pero en serio que yo no he visto en ningún momento, que la canción de Austria fuera mejor que la de Holanda, o que la de Malta, o que la de Dinamarca.
La de Suiza, por cierto, era igual, pero la Diva en este caso era rubia, monísima de la muerte, tipo ABBA, y claro, eso está muy visto....
Y nuetra Ruth, a la que he de decir, yo puse verde un poco injustamente en un blog anterior, lo hizo muy bien, con una voz que ya quisiera Conchita, un tipo igual de estupendo y mucho más natural que la otra, que parecía de plástico.
Me recordaba un poco a una película de extraterrestres, Mars Attacks, en la que la mujer del presidente marciano tenía un vestido de ese estilo...y se movía igual, como si tuviera los pies clavado en el suelo.
Como siempre, he de decir, que la porra que hicimos mis hijos, mi marido y yo, parecía de broma, porque no acertamos ni de lejos con los que quedaron los cinco primeros. De hecho a mí me gustaba mucho Malta, y creo que quedó la 23....
Además me puse de panchitos hasta las orejas...cosa que no me compensa en absoluto.
El próximo año me voy a hacer footing durante el festival, me ahorro el disgusto, las grasas saturadas, y el blog cansino sobre el mismo tema, cosa que seguro, me agradeceréis sobremanera....

Besucos.....

                               
Por cierto, Conchita de apellida Wurts, que significa "salchicha", en fin....

Esta es la nuestra...mucho mejor, dónde va a parar...

miércoles, 26 de febrero de 2014

Noche Eurovisiva

He vuelto a caer.
El hombre es el único que cae dos veces, ¿no? Pues mi familia y yo, hemos vuelto a caernos con todo el equipo.
Y no por segunda vez, no, que llevamos ya más de las que nuestra dignidad debería aguantar, a pesar de jurar y perjurar, una y otra vez que es la última vez que lo hacemos.
¿Qué es eso tan terrible que hemos hecho?
Ver, de nuevo, y sin anestesia previa, y además por decisión propia y sin que nadie nos amenazara de muerte, la terrible gala de eurovisión.
Sí, lo confieso, no puedo mentir.
No hablo del festival, que también nos lo hemos tragado cada año sin excepción, desde hace ya mucho tiempo, hablo de la espantosa gala en la que unos "afortunados" cantan sus canciones y se elige la que irá a hacer el ridículo, a una ciudad europea, en este caso Copenhague.
Hay que tenerlos cuadrados, estaréis pensando.
Pues sí, los tenemos. Somos una familia de euroidiotas, que ponemos una cenita rica y nos disponemos cada año a ver el bodrio de gala que se les ocurra a los de televisión española.
Hay años en los que, afortunadamente, nos han librado de ese trance y TVE ha elegido, con ayuda de internet, o por prescripción facultativa, al incauto en cuestión.
Otros años se escoge al intérprete y le dan varias canciones para que los "escuchantes" digamos cuál nos gusta más.
Y este año, después de una pre-selección en internet, quedaban cinco que tenían que jugárselo todo en una gala, donde un jurado daría la mitad de los votos y la audiencia la otra mitad.
La cosa empezó fatal, porque la entrada de la gala era Ane Igartiburu "semicantando" y haciendo como que bailaba, de manera, he de decir, lamentable.
Cosa que me alegró en demasía, ya que demuestra que la muchacha es humana, y no se puede ser tan guapa y tener ese tipo, y encima pretender que también baile y cante como los ángeles.
De esas solo hay una, Jennifer López, y tiene tres veces más culo que la Igartiburu.
En realidad la que cantaba era otra muchacha, de Triana ella, o eso dijeron, que estaba detrás, disfrazada de Sirenita de Copenhague, o sea, en bolas, con dos cazos para tapar las tetas, sentada en una piedra de costadillo, y pintada de roñoso.
¿? Sí, esa fue mi reacción también.
Repuestos del susto, nos presentaron al jurado, que estaba formado por:
Monica Naranjo, que podía cantar algo, en vez de saltar de jurado en jurado, vamos digo yo.
Bustamante, que era el único que podía sonarle algo lo de Eurovisión, aunque sólo fue de coro.
Y Merche, que con ese nombre artístico no sé como ha vendido un solo disco en su vida, pero que estaba muy guapa, y tampoco tenía ni idea de eurovisión.
En su defensa diré que sus votos fueron lo único coherente de toda la gala, porque votaron exactamente lo mismo los tres, y exactamente lo mismo que hubiera votado yo, demostrando que no tenían que hacer la pelota a nadie, y dando razones normales y con sentido de sus decisiones.
La primera en cantar de llamaba Brequette, le decían "Brillita", para españolizar, supongo.
Era una chica sudafricana que vive en Canarias. Tenía el pelo a lo "11811", y una voz que te cagas.
Cantó una canción moderna, en inglés en su mayoría, y muy de festival de eurovisión. Pero no como decimos siempre: es pegadiza, festivalera, ...etc. No. Esta canción era del estilo de las últimas canciones que han ganado. Buena canción y buen intérprete.
Ahí es donde yo, si hubiera tenido un poco de cordura, debería haberme ido a la cama.
Pero no......seguí con mi tortura......
La segunda era la novia, mujer o lo que sea de Melendi. Sí, eso nos debía haber hecho sospechar, pero la escuchamos igualmente.
Dios mío. No cantaba ni peñazo, la canción era discotequera pero mala con avaricia, y la pobre se quedaba como un pájaro, sin voz ni respiración, al final del estribillo, además de no entenderse más que la última palabra de cada frase. Un horror. Se llamaba Dama, muy sencillo y normal, el nombre.
Igual lo que le pasó a la pobre es que le pusieron el ventilador ese tipo Paulina Rubio o Beyoncé, muy fuerte, y no podía ni vocalizar. Puede que fuera eso, pero yo ya me eché a temblar y juré que si salía esa yo el día del festival me iba al cine aunque fuera sola (que no hay cosa más triste, por cierto).
La tercera se llamaba Ruth. Tenía una canción con alguna frase en inglés además del título, una canción que empezaba muy sosa y terminaba con las amígdalas en el suelo, o sea, gritando como una loca.
No sé quién ha dicho que la que más chilla tenga alguna oportunidad más que otras, porque estamos hartos de ver cantantes que se dejan el gaznate, pero que llevan una patata de canción y no se comen ni los mocos.
Además esta chica se pasa el último minuto de la canción gritando "the rain, the rain, the raiiiiiinnnnn" y provocando un estrés alucinante.
El cuarto era Jorge, un chico gitano, conocido porque estuvo en Operación Triunfo y creo que con la Campos y su coro de triunfitos de su programa del fin de semana.
Este chico debía haber sido eliminado de Operación Triunfo el primer día, porque no sabía cantar nada que no fuera flamenquito, y desafinaba estrepitosamente, pero la discriminación positiva y la estupidez nacional hizo que se quedara en el concurso hasta que ya no había más remedio porque se notaba demasiado.
El chico es muy guapo, y lo intentó. Llevó un ballet de hombretones para marcarse una coreografía que disimulara que la canción era espantosa, y que él sigue sin saber cantar. Aquí también juré que si era el elegido, la menda se iba de fiestuqui alternativa ese día.
El último era también conocido hace ya mucho tiempo.
Se llamaba Raúl, y quedo finalista en una gala parecida, tiempo a, cuando fue Serafín Zubiri a eurovisión.
Curiosamente, la canción se hizo más famosa que la de Serafín, y se bailó ese verano en todas las verbenas.
Decia: Hace tanto que sueño su boca, que la vida se me ha vuelto loca....a algunos os sonará.
Estilo David Civera...
Ahora ya no es un chico guapo, es un señor, que está de buen año, que canta muy bien, un poco nasal para mi gusto, pero es que la canción era una balada que........ nooooo, nooooooo, no se puede llevar esooooooo, aunque la cante muy biennnnnn, que nooooo.
No hay manera, no aprenden.
Bueno, pues ese era el percal.
A estas alturas yo debía estar en el segundo sueño, pero ya la curiosidad me podía, y quise hacerme el harakiri y terminar de ver la dichosa gala.
Y pasó lo que tenía que pasar.
La cagamos.
El jurado como he dicho antes, votó con criterio y repartió los 6,7,8,10, y 12 puntos a Dama, Jorge, Raúl, Ruth y Bregette, respectivamente.Todos igual y votando solamente a la canción mejor para ir a Eurovisión.
La audiencia tenía la otra mitad de votos, por lo que daban 18, 21, 24, 30 y 36. Y repartieron así:
Dama, of course, que no la votó ni Melendi, Jorge, que...sorry, pero mal, muy mal, Raúl, que... me gusta el chico, pero la canción muy floja, y luego.... vino la ecatombe.
Dieron 30 a "Brillita" y 36 a Ruth.
Horror, terror y pavor!!!!!!!!!!
Había empate.
Y ya se sabe. En caso de duda......
Ganaba lo que hubiera dicho el público asi que ganó Ruth.
Como diría mi hermana OMG (oh my god)!!!!!!!!
Yo más bien diría LMQMP!!!!!!!  ( cada uno que lo traduzca como prefiera....)
Qué desastre, otra vez, para un año que había una canción potable...será posible que vayamos a quedar otra vez el 25? Y a los de TVE no les da vergüenza ya??????
Empiezo a creer que lo que pasa es que en realidad no quieren ganar porque no hay un duro para organizar aquí un festival, y lo hacen a posta.
En serio, ya le pueden bajar un tono a la colega, y hacer arreglos por un tubo, para que la canción no sea de echar a correr, porque de momento lo es.
Y lo peor de todo es que me veo sentada esa noche, con una tortillita de patatas y una cervecitas, viendo la espantosa actuación de España, y jurando, as usual, que nunca, nunca, nunca, y cuando digo nunca es nunca más, volveré a caer en semejante engaño.
Qué vida más triste....

                                               
 Esta es la susodicha.....Que tenga suerte, pobre, la van a machacar......y lo curioso es que llevo todo el día cantando el estribillo:!!!! Dancing in the rainnnnn, the rainnn, the rainnnnn, the rainnnnnnnn.....!!!!!