martes, 19 de julio de 2011

Mentirosos ambientales

Así según el título, alguno puede pensar que lo que voy a hacer es criticar a esos verdes que tras encadenarse a un barco para que no salga a cazar ballenas, se comen un buen chuletón, o a esos otros que embadurnados de kepchup para protestar por el uso de pieles, se despelotan llevando tan sólo unas zapatillas de marca que unos pobres niños chinos hacinados en un cubículo inmundo han cosido para ellos.
Pero no, no va de esos. Quizá algún día vaya, y posiblemente necesitaré un blog más grande para que me entre todo lo que me sale decirles, pero hoy no.

Hoy va de los meteorológicos.
Es posible que llamarles mentirosos sea inadecuado, porque no puedo creer que sabiendo que no es cierto, nos lo cuenten con tanta cara, pero es que una al final, no sabe qué pensar.
Debería mejor decir que no tienen ni idea?
Que les han dado el título en una tómbola?
Que es imposible saber, con la tecnología que hay ahora, el tiempo que va a hacer mañana?
Y si es así... por qué hay programas, en todas las cadenas, de radio y/o televisión que lo "pre-dicen"?

Es que, señores, yo puedo entender, que de hoy al finde, hay variaciones, y que el viento traiga nubes, que no estaban previstas o que se las lleve, cuando parecía que iba a llover...
Pero es que últimamente no aciertan ni el tiempo que está haciendo ahora mismo¡¡¡¡¡
Es que acaso no tienen teléfonos para corroborar lo que dicen?
Fotos les envían de todas partes, pero desde que las reciben, hasta que las emiten, igual han pasado tres horas y en zonas como el norte de España, por ejemplo, las cosas pueden haber variado bastante.
(dícese, de un día cojonudo de playa, a una galerna de tres pares de pelotas)
En serio, no es broma, que una ya está pelín harta de mojarse cuando debía sudar, y sudar cuando prometieron mojarse.

Estaba yo ayer pendiente de la radio, porque tenía un evento por la tarde y me interesaba saber qué tiempo me esperaba.
Mientras la locutora decía que el día era del todo desapacible, en mi casa hacía sol, y mientras según ella no íbamos a pasar de 19º, en mi terraza, a la sombra, hacía 21º.
Aún así, una que es muy crédula, siguió oyendo el parte de la radio mientras buscaba en internet.
Busqué en The Weather Chanel, la Agencia Española de Meteorología, Euskalmet, y hasta en una página del señor Maldonado, que trabajó mil años dando el tiempo en la uno.
En cada página decían una cosa, hasta con cinco grados de diferencia, nubes, sol y rayos, y frustada y cabreada, decidí hacer caso a la radio, que era local, y que me parecía que podía fallar menos.
Una pregunta que me hice, fue porqué se empeñan en darnos la temperatura del aeropuerto de las ciudades, en vez de la del centro de la capital, cuando siempre, e irremediablemente, la diferencia entre ambos lugares es siempre de al menos tres grados¡
¡En el aeropuerto no está uno nunca en la calle, sino dentro!¡ Así que como no sea el que trabaja en la pista, con la corriente de allí en medio, nadie más va a poder comprobar nunca cual es la temperatura que hace realmente¡¡¡
¿Tan difícil es poner un termómetro en la Plaza Mayor, por ejemplo?
No lo entiendo.
Bueno. Después de comprobar que la señorita de la radio insistía en que hacía malísimo, llegué a pensar, que quizá mi casa era un microclima y me vestí consecuentemente; o sea, con mi manguita larga y mi rebequita y mi paraguas plegable en el bolso, of course.
Me dispuse a ir hasta el metro, y una vez más me dí cuenta de que mi casa está en un valle, y cualquiera que sea el lugar al que me dirija, voy cuesta arriba.
¿Y a mí que me importa? Me diréis, pues sí, sí que importa, porque llegué al metro ( que aunque parezca incongruente está hacia arriba) con una sudada del calibre de Camacho en un mal partido.
El ronchón empezaba ya a salirse de los márgenes establecidos, y amenazaba con hacerse visible para el común de los mortales y por la espalda me caían unos churretones como la fuente de Cacho.
Respiré hondo y me autosugestioné: va a hacer frío....y va a llover....tranqui que esto se pasa enseguida y luego, cuando te pongas la rebequita y tus amigas no tengan, te alegrarás.....
Me metí en el metro, y ¡oh, my god! ¡¡¡no había aire acondicionado¡¡¡¡
Normalmente el metro es el primer sitio donde te acuerdas de la chaqueta, porque hace frío de verdad y lo de ahorrar energía como que no lo tienen muy asumido, pero ese día debían estar de pruebas o algo porque hacía un calor.....
Murphy se cebaba conmigo.
Saqué el abanico y empecé a darle con "fruición", mirando de soslayo a los que estaban sentados por si alguien amablemente me ofrecía el asiento antes de que me desmayara.
Pero debía de tener yo muy buen aspecto, porque nadie me dijo nada y al final opté por sentarme en uno de esos asientos abatibles al lado de las puertas, donde uno no debe sentarse si hay gente de pié.
Pero me daba igual, de verdad, estaba pasando un mal rato que te cagas y a pesar de que el abanico le levantaba el flequillo al chaval de mi lado, a mí me parecía que me faltaba el aire...
Llegué a mi estación con mi último aliento y salí casi corriendo esperando algo de fresco, cuando ví el panel informativo, que no estaba al sol y marcaba unos estupendos 28º, con cien mil de humedad...
Creí morir, y si la locutora de la radio hubiese estado por allí, lo habría creído también, pero porque yo misma con mis sobacos sudados la hubiera matado¡¡¡
Durante toda la tarde que duró mi evento, el bochorno fue verdaderamente inaudito y tuve que ir varias veces al baño a echarme agua en la nuca e intentar ( sin éxito, por supuesto) secarme la blusa sudada con el secador de manos de la pared, rezando para que el desodorante no me abandonada también y mi glamour terminara a la altura del betún.

Finalmente llovió. A las doce horas, cuando ya estaba en la cama, y mientras oía la lluvia pensé que la próxima vez, aunque sea enero, iré en pelotas, con una gasa para ponerme por los hombros si refresca y listo.
Y si me cojo una pulmonía, pues ya tendré algo en común con las modelos y presentadoras de la tele, que pasan olímpicamente de los meteorólogos y siempre van en "tirantas".
Caiga quien caiga y lo que caiga.
No es que fuera a cantar nada si llovía, pero lo prometido es deuda.......

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