martes, 3 de marzo de 2020

¿Ir al dentista? ¡Qué pereza!




Como dice el dicho: “Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”. O sea, sólo vamos al dentista cuando nos morimos del dolor de muelas. Pues muy mal hecho.

Ya sé que ir al dentista cuando no te molesta nada da pereza, mucha. Porque el dentista en un lugar poco apetecible, porque te da la sensación de que te van a hacer daño y qué necesidad de pasar un mal rato ¿no?

Pero el problema es que si no nos revisamos la boca de vez en cuando, el día que aparecen los síntomas, éstos son de órdago a la grande y con una solución mucho más dolorosa.

¿Te doy alguna razón de peso para ir al dentista? Apunta:
  • Si se diagnostica precozmente un problema tan habitual como una caries, te puedes ahorrar un problema mayor con un gasto mayor y una molestia infinitamente superior.
  • No solo las caries, con una revisión a tiempo puedes prevenir algunas enfermedades bucales (piorrea, gingivitis…) que son realmente muy molestas.
  • Tener una boca sana también repercute favorablemente en otros órganos vitales como el corazón.
  • Los problemas bucales menores como el sarro puede dar lugar a halitosis. Que no te lo tenga que advertir nadie. Es un momento de vergüenza terrorífico.
  • Con una sonrisa bonita tu autoestima aumentará y te verás más capaz y más seguro. Eso te va a ayudar en tus relaciones sociales y laborales.
  • Darás un gran ejemplo a tus hijos si saben que vas al dentista con regularidad. Ellos tendrán menos reparos en ir también cuando les toque.
Tampoco te estamos diciendo que vayas todos los meses porque sí. Con una revisión cada seis meses evitarás muchos disgustos. Y si tienes la suerte de que todo esté correcto, el propio dentista puede alargar los plazos y decirte que vuelvas en un año. No es broma, a mí me ha pasado.



Pero para que eso suceda tienes que tener en cuenta estos otros consejos:
  1. Lávate los dientes después de cada comida. Nada de dejarlo para la noche. Aunque comas fuera puedes llevarte un cepillo y lavarte en cualquier baño.
  2. Utiliza colutorio de vez en cuando. Te arrastrará los restos que se quedan en los huecos de la boca y mejorará tu aliento.
  3. Acostúmbrate a la seda o hilo dental para llegar a los recovecos entre los dientes. Notarás la diferencia enseguida y en un tiempo no podrás pasar sin ello.
  4. Si te es posible, compra un cepillo eléctrico. La mayoría de los dentistas lo recomiendan porque accede a zonas que se nos pasan en el cepillado convencional ejerciendo la fuerza justa y evitando la acumulación de placa.
  5. Utiliza una pasta de dientes de calidad. Tu dentista puede darte ideas. No necesariamente será más cara de la que tú usas.
  6. Evita tomar demasiadas chucherías o dulces. Y no mastiques chicles, que además de estropear el esmalte queda muy feo. ;)
  7. Cuidado con el tabaco y el alcohol que pueden agredir el esmalte de tus dientes, los tiñen y los debilitan. Igualmente las bebidas gaseosas y azucaradas o el café en exceso tampoco son adecuados para lucir una sonrisa fabulosa, sobre todo si tras la ingesta no te vas a limpiar los dientes de inmediato.
  8. Ten cuidado con los productos de blanqueamiento dental, porque algunos son lesivos para el esmalte. Pregunta a tu dentista si quieres mejorar el blanco de tus dientes.
Y sonríe. Se te ve mejor y proyectas una imagen que da confianza. Si necesitas una ayudita, los odontólogos y ortodoncistas  te pueden asesorar. Busca el centro más cercano a tu domicilio. En Xtusalud te lo ponemos fácil.

Y si lo deseas, aquí tenemos tu seguro de salud para que estos temas no te preocupen.

Xtusalud y la de los tuyos.


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