Hay cosas que no se pueden tolerar. Y cuando son realmente intolerables hay que decir algo, porque si no, en este país de quebradiza memoria, los insultos, vejaciones, descalificaciones y demás agravios se olvidan enseguida y la bola se sigue hinchando hasta límites desorbitados.
Que el político en particular y el personaje público en general es objeto de crítica cruel en este país y en otros, es de sobra conocido. Y más de una vez según el señor o señora abochornada, nos caiga mejor o peor, todos, y cuando digo todos me refiero a TODOS/AS, hemos tolerado tales actitudes.
Pero cuando alguien se pasa de verdad, hay que llamarle la atención.
Me refiero a las críticas físicas sobre la Sra. Leire Pajín.
Es vergonzoso que por el hecho de ser mujer, haya una serie de insultos garantizados que vayan a caer una y otra vez sobre su persona. Y sí, es cierto, es por el hecho de ser mujer. Porque desgraciadamente para nosotras, el aspecto físico en las mujeres públicas se penaliza ochocientas mil veces más que en los hombres.
Y para demostrar eso no hace falta más que ver el panorama de guapos guapísimos que pueblan el congreso, y el número de críticas que reciben por ello.
La relación sería que por cada mujer no muy agraciada se recogen diez críticas por su aspecto, mientras que por cada hombre feo de cojones no habría más de dos.
De modo que estoy en todo mi derecho a denunciar que no es de recibo poner verde a Leire Pajín porque el día de los Goya, un regidor con mala leche la enfocara en un momento gestualmente desafortunado para ella, y las redes sociales utilizaran eso para llamarla de todo.
Además voy a dejar algo claro.
La Ministra de Sanidad de nuestro país, tiene miles de razones, que ella misma fomenta y de qué manera, todos los días, para ponerla verde, morada y rojo bermellón.
Es incompetente en su trabajo y no sabe la mayoría de las veces de qué habla, y aunque el ministerio que preside sea una casita de muñecas, si no se está a la altura al menos hay que disimular.
Es decir, no hay que ser bueno, sino parecerlo.
Y esta señorita ni lo parece, ni tiene ninguna gana de hacerlo, y con la prepotencia que se gasta, al menos debería prepararse los temas, y saber pronunciar los medicamentos de los que habla, que para eso cobra de la sanidad que pagamos todos.
Un periodista jamás llegaría a publicar un artículo si quedara patente en él que no sabe de qué cojones habla, pero parece ser que los ministros de este país tienen esa potestad, porque es eso lo que hacen una y otra vez.
De modo que queda patente que yo no soy una fan de Leire, que más bien me cae como una patada en salve sea la parte, pero como mujer no puedo tolerar que habiendo tantas cosas para meterse con ella, los ignorantes no puedan más que pensar en su aspecto físico.
Por ello hago una petición, para los feos, para los guapos, para los altos, para los bajos, para los gordos, para los flacos, para los de nariz aguileña, para los de nariz tapón, para los de orejas de soplillo, para los de orejas de duende, para los que les huelen los pies y hasta incluso para los que se tiran pedos ( aunque esto último con reservas porque muchos son voluntarios de esa causa y eso no se vale, tiene que ser por naturaleza):
Nunca, y cuando digo nunca es NUNCA, valoréis a alguien por su aspecto. Sobre todo los hombres, porque el 90,9% no pasaríais una criba de hombres medianamente aceptables, y os acercaríais peligrosamente a la categoría de "antilujuria absoluta".
Por favor dejad de mirar la paja en el ojo ajeno, y mirad a la Pajín en el vuestro, porque se merece respeto aunque sea la peor Ministra de la Historia Planetaria (con permiso de Aído) y aunque yo llore todas las noches porque no sé que he hecho con mi vida, que pudiendo haber sido ministra estoy aquí escribiendo blogs.
A lo hecho pecho.
Y no os preocupéis que en dos días os habrá dado una nueva razón para ponerla a parir (otra expresión sexista y equivocada, diré más bien a bajar de un burro),y no tendrá nada que ver con su vestimenta o su peinado.
Porque ella lo vale¡¡¡¡¡
Es muy bueno!. Aunque los tíos estamos todos muy buenos y siempre se nos califica por nuestro aspecto. No hay más que ver a Rubalcaba, Rajoy,.....todos muy guapos.
ResponderEliminar