El otro día fui a visitar a una amiga que acababa de dar a luz a dos preciosos y pequeñísimos gemelitos.
Por supuesto, mi amiga compartía habitación con otra mamá.
Mi amiga ya tiene otro niño así que estaba más puesta en estas lides, pero la mamá novata de al lado y su pintoresca familia, estaban más perdidos que Cayo Lara en la sección de corbatas del Corte Inglés.
Lo primero de todo, no debían saber leer, los pobres, porque a pesar de poner bien claro en cada puerta, de cada habitación, de la planta entera de Maternidad, que no podía haber más de dos visitas a la vez, la pintoresca familia crecía y crecía por momentos. Además debían de ser sordos, porque hablaban en un todo del todo inapropiado y las risas y gorgojos a la primera nieta, sobrina, e hija, se oían por todo el pasillo.
La familia de mi amiga, que es muy pija, estaba absolutamente consternada con la compañía, aunque la educación judeo-cristiana que tienen, les impedía protestar y aguantaban estoicamente la algarabía.
La suegra de los pintorescos, era, por supuesto, omnipresente, como la mayoría de las suegras en general, y repetía una y otra vez: -¿ Habéis visto qué nieta tan bonita tengo?-, mientras la cogía como si fuera un conejo, en vez de un bebé, ante la cara de espanto de la suegra de los pijos, que suspiraba, pensando: - Se le va a caer, se la va a caer....
En un momento dado la situación se desbordó:
La niña lloraba de hambre, porque no sabían ponerla al pecho y no comía nada, y vomitó un poco, a lo que la omnipotente suegra gritó asustada:
- Llama a la enfermera, esta niña no está bien¡¡¡
- No mujer, que no le pasa nada.- intentó tranquilizar la suegra pija. - Igual tiene cacas. ¿ La habéis cambiado el pañal?
- No... ¿cada cuanto se cambia? Nadie nos ha dicho nada- replicó la mamá novata
- Pues en cada toma bonita, se le cambia en cada toma ( Ay, señor, señor).
Se dispusieron a cambiarla, pero al quitarle el pañal, la mamá exclamó:
- ¡oh, Dios mío¡ Esto es horrible, a mi niña le pasa algo¡! tiene caca negra y pringosa!
- Es el meconio- sentenció mi amiga, con la seguridad de una experta que ya lo había visto antes.
Silencio sepulcral. La omnipresente miró de reojo a su nuera, que ponía los ojos en blanco y preguntaba:
- Y eso....se limpia como la caca normal?
- Bueno, cuesta un poco más de lo habitual, pero por lo menos no se sale tanto como cuando se desfondan
- Pero eso no les pasa a los ciclistas?
- No hija, eso es una pájara
- Ah.....
Consiguieron, por fin, no sin mucho esfuerzo cambiar a la niña, y se dispusieron a ponerla al pecho a ver si comía.
La abuela pija, profesional donde las haya, les avisó:
- Ten paciencia, bonita, porque el calostro es más difícil de sacar, por eso no come
- El ca...qué?- La pobre mamá de nuevo con los ojos en blanco.- Y eso... ¿se lo tiene que tomar?
- Sí, y es lo más importante.
- Vale, gracias.
Después de un rato, mi amiga se levantó al servicio y puso cara de dolor.
La Super suegra preguntó:
- ¿Te duele la tripa, maja?
- Sí, ya sabe, los entuertos.
- Los en..quééééééé?
.........cri, cri,.............cri, cri,...........
- Ufffff, creo que la próxima vez, me traeré el diccionario, en vez del " Hola".-sentenció la novata.- Esto es muy difícil....
Pues no te queda nada, pensé yo. Y decidí terminar la visita porque los pintorescos estaban a punto de echarse a llorar, y los pijos también, de pena por ellos.
Que dios les coja confesados....
En vez de un pan debería traer unas instrucciones debajo del brazo......
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