martes, 12 de abril de 2011

Holidays¡¡¡¡

En unos días nos vamos de vacaciones.
Sí, ya sé que me pega, por lo glamurosa que se supone que soy, que mis vacaciones vayan de acuerdo con las expectativas que levanto, pero ya se sabe, no hay que ser buena sino parecerlo, por lo que, aunque me joda, mis vacaciones se van a parecer más a las de Belén Esteban ( ya está aquí otra vez) que a las de la Lomana.

Y no me quejo, que conste. Con los tiempos que corren, más vale pájaro en mano, que vacaciones volando, así que mientras ahorro para irme al Caribe, me conformaré, y encantada de la vida, con irme a Benidorm.
Disfrutaré de lo lindo en un hotelito de tropecientasmil habitaciones, lleno hasta los topes, donde para coger el ascensor tienes que esperar una cola como la de las oficinas de la Seguridad Social en Madrid, y como te esté dando un apretón, ya puedes dejar tu orgullo a un lado ( ese que te dice: yo no cago mas que en mi water) e ir al baño del vestíbulo, o vas a subir los veinte pisos con el culo prieto y deseando que los diez que van contigo tengan sinusitis.
Estaré encantada de pelearme a las ocho de la mañana por un huequito en la piscina, donde colocar una mísera hamaca, mientras un inglés del color del Surimi lleva ya dos horas sin parpadear, y no sabes si estará bien o llevará allí petrificado desde ayer. Pero con mi inglés de Cambrige, le diré : excuse me, sir, you are a bit congestionate and is peligrous to be so red. I think you must throw in your burned body protective cream.
Tras lo cual, me iré contenta de haber ayudado a un inmigrante en problemas.
Me entusiasmará tener que comer a la 13h, si es que quiero realmente comer, porque como se me ocurra apurar hasta las tres menos cuarto, en el buffet quedará una croqueta apachurrada ( y posiblemente por un pie) y dos lonchas de queso tiesas que suplican que te las comas o van a volver a tener que salir por la noche.
Y tras media hora de cola en la puerta del comedor, (cosa que es terriblemente penosa, porque más que unas vacaciones, parece Auswich, por la pinta que tenemos y por cómo se tira la peña hacia las bandejas, como si no fuéramos o comer nunca más en la vida, o acabáramos de llegar de la Isla de los famosos), entonces podremos entrar en una sala enorme, que recuerda al comedor social en el que mi abuela ayudaba a los de Viafra, donde veremos señoras llenándose el bolso de fruta que no van a comer, o señores llevando platos con docenas de dulces que luego dejan en la mesa,  o niños odiosos, sudados y tocapelotas, que se levantan cien veces y se lanzan a por las pizzas sin importarles llevarse por delante a dos ancianitas ( con el bolso lleno) y tres camareras ( que se quieren suicidar).
Y lo que más me molará de todo es bailar los pajaritos  después de cenar mientras me tomo mi copichuela, con seis parejas de señores que en total juntan doscientos cincuenta años. Por cierto, Mª Jesús no se ahorcó con el acordeón, eso era una leyenda urbana, sigue viva y lo juro, tocando los pajaritos.

Pero, en serio, estoy deseando ir, porque tengo mono de vacaciones chancleteras, de playita y olor a coco, y sobre todo de estar con mis hijos, y mi marido, a los que echo de menos y de más todos los días y de disfrutar, comer y descansar todo lo que podamos. Y Benidorm es el mejor sitio para eso.
Cuando quiera un viaje cultureta me iré a ver las Edades del Hombre, y cuando tenga pasta a New York  (que ya lo conozco y seguirá igual cuando vuelva con mis hijos).
Pero ahora no, ahora toca lo que toca, y estoy feliz por ello...
Nos vemos a la vuelta..............


jueves, 7 de abril de 2011

Maldito Murphy

Murphy era un cabrón. Y un cabrón con pintas, además.
No sólo se pasó la vida jorobando al personal con leyes que impepinablemente se cumplen una y otra vez, sino que encima se hizo rico y famoso por ello. No hay derecho.
Hay ocasiones en las que me acuerdo mucho de él ( y de la madre que le parió) porque parece que los astros se empeñan en que absolutamente todas sus leyes se cumplan a la vez, y si algo puede ir mal, vaya, y si algo puede ser aún peor, sea.
Pero a todo hijo de vecino, le pasa lo mismo y hay veces que uno se pregunta si no será un mal de ojo más que una ley del Murphy ese.

Recuerdo a una amiga a la que le dijeron que su exnovio trabajaba en el edificio de al lado del suyo. Ella por supuesto aún no lo había superado y se moría de ganas de verlo, pero al mismo tiempo lo temía con verdadera angustia.
Por si acaso se lo cruzaba al pasar por su edificio, mi amiga estuvo meses arreglándose como para ir a misa, todos los días, con su pelo inmaculado, la ropa mejor, el maquillaje ultra retocado... pero nada, no había manera de verle.
Una mañana mi amiga se durmió, y se levantó con el tiempo justo para salir pitando y no perder el tren.
Hacía uno de esos días ventosos con mala leche, y un sirimiri eterno que te cala hasta los huesos. Mi amiga cogió la ropa primera que pilló ( que no sé por qué pero nunca suele ser la adecuada) y no pudo, of course, lavarse y alisarse el pelo esa mañana. Pensó en que se maquillaría en el tren, pero con las prisas se dejó el neceser en el baño, así que se pasó toda la mañana al natural, que se dice.
Por la tarde, con una evidente sudada ( de la carrera de la mañana), y digo evidente por el olor a colonia, jabón del baño y desodorante, que la pobre estuvo combinando todo el día, y con un pelo frito, sin solución ninguna, que haciendo honor al 90% de humedad del ambiente, pedía a gritos unas tenacillas, mi amiga salió del trabajo por la puerta de atrás, con el firme propósito de dar un rodeo y no pasar por el edificio del exnovio.
Pero ete aquí, que el hombre propone y Murphy dispone, y mi amiga se encontró de bruces ( lo que significa, sin escapatoria ninguna) con el guapísimo ex, que la miró con cara de despieste.
Hola, Bea, no te había conocido¡ ( eso es una forma sutil de decir: ¡¡¡Horror, Terror, y Pavor!!!!)
Ella, se quería morir, e intentaba que no se le notara ( como Conchita la de la canción) y que él la mirara sólo a los ojos, y que no hiciera cuenta del resto, como el grano de la frente, que por habérselo tocado más que un grano parecía una puñalada.
Tras tres frases, no más, porque la conversación con un exnovio, en esas condiciones, no puede alargarse, él se despidió con un: - Me ha alegrado verte, estás guapa.
Eh?????????? ( eso es como decir: - qué maja chica, verdad?)
Creo que mi amiga se suicidó, esa misma noche, no he vuelto a saber de ella.

A mí también me pasó algo similar, que Murphy, estoy segura, pondría de ejemplo en una de sus clases sobre las jodidas leyes suyas, fijo.
Fui al super, un día cualquiera, e iba pensando en la reunión de ex alumnas del cole que tenía el sábado.
Me iba a poner un vestido estupendo, iba a ir a la pelu, y necesitaba desodorante.
Pensaba en cómo estarían mis compañeras, después de tantos años; habrían engordado, envejecido, o se habrían puesto morritos y pechos todas y estarían estupendas.
Bueno, yo no estoy mal, pensaba, y con el modelito que me he comprado voy a salir airosa del tema.
Cogí las cuatro cosas que necesitaba y me fuí a la caja.
De pronto ví a una ex compañera del cole, de las que iba a ver el sábado ( no hoy) y en un instante fui consciente del desastre. Llevaba el pelo sucio, agarrado con una coleta cutre, un chandal cutre también donde los haya ( que en general son todos cutres, pero son para lo que son) y hasta mi compra era muy cutre: Un desodorante, unos calzoncillos de niño y unos tampax.
Oh my god¡¡ Intenté cambiar de fila pero entonces escuché:
- Cristi¡¡¡ no te había conocido (qué asquerosa, es que ante yo era como Bo Derek, pero el tiempo pasa para todos, no te jode¡¡)
Inmediatamente  (para eso las mujeres somos unos linces), hice un informe sobre la chica en cuestión.
Tenía el pelo como Sara Carbonero en el anuncio de Pantene. O sea, perfecto.
Llevaba un modelito de los que yo me pongo en las reuniones de exalumnas (no para ir al super¡¡) y pesaba dos kilos. Taconazos (de los que yo no me he puesto ni me voy a poner nunca porque no sé andar con ellos)  un bolso de esos fashion total, de los de la Beckan, y hasta su compra tenía más glamour que la mía (jamón de jabugo, selección de patés y un vino blanco- de aguja, por supuesto)
-¿Qué tal te va la vida, y tal y tal ...? Yo super bien, soy comunity-manager en una multi, tengo dos niños (Beltrán y Alonso, seguro), estoy divorciada ( ahí te he pillado), pero vivo con mi nueva pareja en un chalét en la Galea (mierda¡¡).
¿Nos vemos el sábado no?, nos lo vamos a pasar guai.....bla,bla,bla.....

Pensé en no ir al sábado, pero entonces no podría desmentir la terrible descripción que seguro iba a hacer de mí la arpía esa tan estupenda. Así que decidí ponerme lo mejor posible para acallarla, o dejarla por mentirosa, si no llego a tiempo y ya me ha puesto verde.
Aunque no se lo voy a decir a Murphy porque seguro que el sábado tengo un grano en la nariz del tamaño de Wisconsin.

¿Es o no es un cabronazo el Murphy ? Porque si se hubiera limitado al tema de las tostadas que siempre caen  del lado de la mantequilla, o del autobús que llega en cuanto te enciendes un cigarro ( ahora es la guardia civil la que llega ),o de la última llave que coges y siempre es la que abre.... pues bueno, ya estábamos acostumbrados a esas cosas, pero que te venga la regla el día que vas de blanco y se te han olvidado los tampax, que el día de la fiesta de tu vida estés con gastrenteritis, y tu niño se la coja cuando os vais a ir de vacaciones, que si llegas tarde dos minutos al curro, justo tu jefa te necesitara en punto, o que se te pegue el asado ( que siempre te sale que te cagas) justo cuando tienes invitados.... eso, señores es mala leche, y lo demás tonterías.

Pero en fin, como no podemos hacer nada por evitarlo, habrá que intentar sobrellevarlo, y si te pillan con el pelo sucio....sonreir más para que no se note tanto. (como la de la foto....que es la misma, por cierto)