jueves, 24 de febrero de 2011

Esta nuestra comunidad


Las comunidades de vecinos son como mínimo pintorescas.
La gente que va a esas reuniones es rara, no es de la que te encuentras por la calle, o sí, pero en esos momentos de máxima exaltación se transforman, como los Bakugan, y se convierten en monstruos de dos cabezas dispuestos a comerle la idem al de al lado, si no le da la razón en todo.
Pero las comunidades de vecinos son importantísimas en la vida de cada uno de nosotros, porque hasta que nos toque la lotería y podamos comprarnos un chalé en a tomar por culo, sin gente alrededor, ni urbanización, ni complejo turístico, ni porras, tenemos que aprender a convivir o se nos va a hacer muy cuesta arriba.
Hace unos días asistí a la primera reunión de mi  nueva comunidad de vecinos. Normalmente va mi marido, que es muy de discutir por tonterías (a los hombres les va eso mucho) pero estaba en el lecho de muerte (una gripe para un hombre ya se sabe, es mortal de necesidad) y tuve que ir yo.
La primera convocatoria era a las siete y la segunda a las siete y media, así que yo, a y cuarto me dispuse a bajar y mi marido me dijo:
-No va a haber nadie, todos llegan a la segunda convocatoria.
-Entonces, para qué ponen dos? Digo, yo, pero bajé por si acaso. Efectivamente no había nadie, y como una imbécil volví a subir a esperar un cuarto de hora.
Finalmente bajé a y veintinueve y estaban todos. (Porras, la nueva ya ha llegado la última)
En el minúsculo, incomodísimo y frío portal había una chica con cara de lumia, otra con cara de aburrimiento, otra con cara de cabreo, un hombre muy serio (mucho), otro pasota, otro con cara de se van a enterar este atajo de ignorantes y otro que era sordo y que no sé qué hacía allí porque no se enteraba de nada.
Nada más comenzar la reunión, pareció que había sonado el gong en Pressing Catch, y cada uno se dispuso a encajar los golpes y devolver los puñetazos.
Yo pretendía estar callada, ya que era la nueva pero no pude, claro.
-Eh¡ tú, la nueva, que sepáis que la próxima vez que vayáis a hacer algo en la casa nos tenéis que pedir permiso u os denuncio¡¡¡
-EHHHHHHH????? Pero si hemos cambiado sólo la ventana del tendedero y están todas las demás cambiadas igual que la nuestra¡
-La mía no.
-Vale, todas menos la tuya
-Pues eso, que os denuncio
Silencio (un avemaría por la paz)
-Yo también renuncio.- dijo el sordo.
-Pues yo quiero que me paguéis un balcón nuevo
-Sí, no te jode, te lo arreglaremos en todo caso
-haberlo mantenido
-Yo tengo goteras del tejado
-haberlo mantenido
-A que os denuncio?
-Bueno y mi balcón, qué?
- Que tienes un halcón?
....
El presidente de esta nuestra comunidad dijo:
-Me dejáis hablar, que quiero comentaros lo de las cuentas.
Silencio sepulcral. A mí me empezaron a temblar las canillas. Derrama al canto, fijo. Llevo un mes viviendo aquí, me lo temía.
-Vamos a poner una derrama de 30€ al mes durante dos años, para las goteras, el balcón y los timbres.
-Estás loco? Mejor lo pagamos de golpe¡¡¡ (dijo uno sin hipoteca, claro)
-Y una picha¡¡¡ A que os denuncio?
-Yo tengo hormigas
-haberlas mantenido (a raya, se supone)
Yo ya no podía con la vida, no tenía ni hormigas, ni goteras, ni balcón, pero sí unas ganas de irme a cenar a mi casita y comprobar que mi pobre marido moribundo había al fin fallecido ( porque era la única excusa que le iba a permitir, para haberme metido en ese embolado)
La lumia dijo:
-Estoy hasta el gorro de esta comunidad, todo el mundo hace aquí lo que le da la gana¡¡
La de cara de cabreo contestó:
-Tú la primera, caradura, que tiendes las bragas en la calle para que las vea todo el barrio¡¡
-A que te denuncio?
El sordo respondió:
-¿Quién vende las mallas en Lasalle? No entiendo nada¡¡
El pasota dijo:
-¡Que os den por saco a todos¡, hay algo más?
-A que os denuncio?
Y el que tenía cara de os vais a enterar, que no había abierto la boca, alzó la voz:
-Bueno, nos tomamos unas cañas o qué?
-Sí, sí, vamos
-Vale, cojonudo
-Eso, eso.
Yo flipaba; la de las denuncias, con la del balcón, el de las hormigas, el de la derrama y hasta el sordo (que no sé si sabía adónde iba), todos juntos en comandita a tomar unas cañas.
El Presi me miró y me dijo:
-Al final, se ha aprobado algo o no?
-Tú pon a todo que sí y ya está.
Me disculpé por no ir al bar y me dispuse a subir a casa a hacerles la cena a mis hijos y al difunto. Oí una voz en bajito que decía:
-Y así querrá que nos llevemos bien....

Nunca más, y cuando digo nunca es nunca, volveré a una reunión de esas, ni aunque mi marido esté muriendo de verdad, ni aunque se vaya a discutir sobre el derribo del edificio, ni aunque nos haya tocado la lotería y se vaya a repartir. Bueno en ese caso sí, a ver si puedo comprarme el chalé en a tomar por saco.
Qué estrés, fue agotador, y mi respectivo me preguntó al llegar:
-De qué habéis hablado?
-Ni idea, de nada en absoluto, pero creo que nos van a denunciar, nos van a fumigar y vamos a estar pagando toda la vida algo, pero no sé qué es.
-Ah¡ vale, lo normal- respondió. Y se quedó tan ancho.

¿Veis como tenía que haber ido él?
UUUUUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

lunes, 21 de febrero de 2011

Que pereza....

                                              Hoy es Lunes y los Lunes me dan pereza.

Así en general. Comenzar una nueva semana, cuando lo has pasado tan bien el "finde" da mucha pereza.
Oír al cruel despertador que te recuerda que se acabó lo bueno es agotador de por sí y ponerse en marcha, sacando los pies de la cama calentita ( que es uno de los momentos más terroríficos de la vida de un ser humano) da muchisísima pereza.
La pereza es uno de los siete pecados capitales. Y no es un pecado cualquiera, porque para vencerla lleva implícito romper con un montón  de defectos más como el egoísmo, la irresponsabilidad, la vagancia...
con lo cual es mucho más difícil hacerle frente.
Así que yo creo que más que dinamitar al perezoso, habría que dar un premio al valiente que cada mañana, cuando suena el despertador, lucha contra la super pereza que da levantarse, contra el egoísmo que nos hace pensar: -que se levanten mis hijos sólos que ya tienen tres años-, contra la irresponsabilidad de dejar que el susodicho niño se ponga él solito el Cola -cao,  y contra la vagancia que nos grita desde el subconsciente:  -¡cinco minutos más por favor...!

Pero además de todas estas cosas "pereznables" en sí mismas y que provocan en todos la misma reacción o parecida, hay otra serie de cosas que uffff.....,  a mí particularmente,también me dan mucha pereza.
Por ejemplo, ir un sábado a comer a casa de tus padres y que para empezar a hablar tu padre saque el tema de: -Pues en mis tiempos sí que las pasábamos canutas¡¡¡
Huy..... qué pereza, dices tú de mili.... no puedo soportarlo. Me empieza a doler la cabeza de forma preventiva ella sola, como para protegerme del peñazo de tema a debate sobre la mesa.
También me tira para atrás poner la radio y que un tertuliano comience a hablar de la crisis de las cajas de ahorro o de la legalización de Batasuna, o cómo no del Barça- Madrid.

Nooooooooo, qué rollooooo, otra vez noooo, por favor, qué pereza.

Pero hay algo que en serio, me provoca una reacción de mucha, mucha, mucha pereza.
Son temas o "palabros" del tipo: "Sostenible"
Últimamente todo es sostenible. Las empresas son sostenibles, los proyectos son sostenibles, las ideas deben ser sostenibles, y los negocios son sostenibles.
Obviamente, si una empresa no se sostiene, al igual que un proyecto o una idea o un negocio, pues vaya mierda de empresa, proyecto, idea o negocio, pero es que la idea no va por ahí. Eso era lo que yo creía, pero no. No consiste en hacer bien los números para que sea rentable.
Sostenible es mucho más que eso. Pero se usa tanto, y de manera tan retórica, y por personas tan poco sostenibles, en realidad, que la palabra ha dejado de tener sentido, y a mí me da pereza.
Y no te digo ya si la unes a innovación social, emprendedores, empatía y a i+d+i, que les encanta a todos decirlo como si supieran de qué va ( aunque demuestran claramente que no tienen la mayoría ni idea).

Nada, que no, que hoy lunes no me apetece nada empatizar con la sostenibilidad de las empresas cívicas de clara innovación social. Que no, que me da pereza, tanta casi como hablar del estado de derecho, las fuerzas y cuerpos de seguridad, la cohesión sociocultural y el pacto social.
Que es Lunes oigan, y estoy algo espesa.
Que con la conciliación laboral que tengo que llevar a cabo hoy  en el ámbito domestico, la reestruccturación económica semanal que debo poner en marcha y la reordenación del territorio (nunca mejor dicho) tengo más que suficiente para el primer día tras el descanso Dominical.
Y además más me vale que sea sostenible porque sino se me va el chiringuito a tomar vientos.
Que pereza.......

jueves, 17 de febrero de 2011

Sra. Dña. Ministra de Sanidad

Hay cosas que no se pueden tolerar. Y cuando son realmente intolerables hay que decir algo, porque si no, en este país de quebradiza memoria, los insultos, vejaciones, descalificaciones y demás agravios se olvidan enseguida y la bola se sigue hinchando hasta límites desorbitados.
Que el político en particular y el personaje público en general es objeto de crítica cruel en este país y en otros, es de sobra conocido. Y más de una vez según el señor o señora abochornada, nos caiga mejor o peor, todos, y cuando digo todos me refiero a TODOS/AS, hemos tolerado tales actitudes.
Pero cuando alguien se pasa de verdad, hay que llamarle la atención.
Me refiero a las críticas físicas sobre la Sra. Leire Pajín.
Es vergonzoso que por el hecho de ser mujer, haya una serie de insultos garantizados que vayan a caer una y otra vez sobre su persona. Y sí, es cierto, es por el hecho de ser mujer. Porque desgraciadamente para nosotras, el aspecto físico en las mujeres públicas se penaliza ochocientas mil veces más que en los hombres.
Y para demostrar eso no hace falta más que ver el panorama de guapos guapísimos que pueblan el congreso, y el número de críticas que reciben por ello.
La relación sería que por cada mujer no muy agraciada se recogen diez críticas por su aspecto, mientras que por cada hombre feo de cojones no habría más de dos.
De modo que estoy en todo mi derecho a denunciar que no es de recibo poner verde a Leire Pajín porque el día de los Goya, un regidor con mala leche la enfocara en un momento gestualmente desafortunado para ella, y las redes sociales utilizaran eso para llamarla de todo.
Además voy a dejar algo claro.
La Ministra de Sanidad de nuestro país, tiene miles de razones, que ella misma fomenta y de qué manera, todos los días, para ponerla verde, morada y rojo bermellón.
Es incompetente en su trabajo y no sabe la mayoría de las veces de qué habla, y aunque el ministerio que preside sea una casita de muñecas, si no se está a la altura al menos hay que disimular.
Es decir, no hay que ser bueno, sino parecerlo.
Y esta señorita ni lo parece, ni tiene ninguna gana de hacerlo, y con la prepotencia que se gasta, al menos debería prepararse los temas, y saber pronunciar los medicamentos de los que habla, que para eso cobra de la sanidad que pagamos todos.
Un periodista jamás llegaría a publicar un artículo si quedara patente en él que no sabe de qué cojones habla, pero parece ser que los ministros de este país tienen esa potestad, porque es eso lo que hacen una y otra vez.
De modo que queda patente que yo no soy una fan de Leire, que más bien me cae como una patada en salve sea la parte, pero como mujer no puedo tolerar que habiendo tantas cosas para meterse con ella, los ignorantes no puedan más que pensar en su aspecto físico.
Por ello hago una petición, para los feos, para los guapos, para los altos, para los bajos, para los gordos, para los flacos, para los de nariz aguileña, para los de nariz tapón, para los de orejas de soplillo, para los de orejas de duende, para los que les huelen los pies y hasta incluso para los que se tiran pedos ( aunque esto último con reservas porque muchos son voluntarios de esa causa y eso no se vale, tiene que ser por naturaleza):
Nunca, y cuando digo nunca es NUNCA, valoréis a alguien por su aspecto. Sobre todo los hombres, porque el 90,9% no pasaríais una criba de hombres medianamente aceptables, y os acercaríais peligrosamente a la categoría de "antilujuria absoluta".
Por favor dejad de mirar la paja en el ojo ajeno, y mirad a la Pajín en el vuestro, porque se merece respeto aunque sea la peor Ministra de la Historia Planetaria (con permiso de Aído) y aunque yo llore todas las noches porque no sé que he hecho con mi vida, que pudiendo haber sido ministra estoy aquí escribiendo blogs.
A lo hecho pecho.
Y no os preocupéis que en dos días os habrá dado una nueva razón para ponerla a parir (otra expresión sexista y equivocada, diré más bien a bajar de un burro),y no tendrá nada que ver con su vestimenta o su peinado.


                                                               Porque ella lo vale¡¡¡¡¡

martes, 15 de febrero de 2011

Vergüenza Torera

La semana pasada hizo muy buen tiempo. Y ya se sabe; cuando en pleno mes de Febrero salen dos días de sol, los humanos salimos como los caracoles a pasear, a ver si en veinte minutos mientras nos comemos el bocata conseguimos quitarnos ese color verduzco que se nos ha quedado y ligar bronce.
En realidad, lo más normal es que consigamos un estupendo resfriado, porque aunque luzca el sol, no calienta ni un carajo y como nos ponemos enseguida en manga corta, pues pasa lo que pasa.
Pero la semana pasada, hubo un par de días que sentado en un banquito cara al sol, hasta se podía quitar uno el jersey sin riesgo aparente de neumonía subyacente.
Lo que sucede es que el ser humano no conoce límites, y pasamos de la camiseta al desnudo integral en un momento.
Sobre todo esa especie de humanos, que ha perdido ya toda vergüenza y decoro y se despelota sin complejos ante los ojos atónitos del resto de especies que pueblan el mismo ecosistema.
Me estoy refiriendo a las señoras jubiladas, en especial a las que están algo entradas en carnes, y que con una naturalidad pasmosa e incluso peligrosa, lucen sus cuerpos lustrosos en cuanto aparece un rayo de sol.
Y es que hace unos días paseaba yo por el paseo de la playa de Ereaga, con un sol expléndido y una temperatura para quitarse la "rebequita", no más, y seguir a gusto, cuando vi un banco vacío al que le daba el sol, y me dirigí hacia él para sentarme un ratito.
Cuando estaba llegando al banco en cuestión se sentó un señor con un perro muy grande, por lo que desistí en mi intento y me senté en el banco de al lado donde había otro señor.
A los cinco minutos, comencé a notar el calorcito, pero lo acompañaba una brisita estupenda y pensé que estaba en la gloria. El señor del perro, que era tan grande como su mascota, comenzó a resoplar y se puso en otro banco a la sombra. Pensé entonces en cambiarme al banco vacío, pero me pareció que el hombre de mi banco iba a pensar que me cambiaba por su culpa y me dio corte.
En ese momento una señora se sentó en el banco vacante.
Llevaba puesta una chamarra, un jersey y se le veía una camiseta por debajo. Unos pantalones piratas anchos, zapatillas de deporte y calcetines. Hasta ahí todo normal.
En cuestión de segundos, la señora se descalzó y puso las zapatilla bajo el banco. Se quitó los calcetines y los metió en las zapatillas. Se despojó de la chamarra, y del jersey y se quedó con una camiseta de tirantes que dejaba a la vista unos brazos, rollizos y potentes.
A continuación se remangó los piratas hasta las ingles y se dispuso a tomar el sol.
El aspecto de la señora era para echar a correr, pero lo peor era la pose.
Se había sentado en mitad del banco, con lo que dejaba patente que no tenía ninguna intención de compartirlo,( que tampoco hubiera sido fácil, por el volumen en sí de la señora), y además se colocó con la cabeza hacia atrás, los brazos en cruz y las piernas abiertas ( o Dios mío)
Aquello era un cuadro. La señora sudaba profusamente, y la gente no sabía si hacerle una reanimación cardio-pulmonar o llamar a un exhorcista.
En mi casa, cuando algo nos chocaba, por raro, solíamos decir: ¿qué diría la bisabuela (que siempre tenía algo que decir) al respecto?
En este caso mi bisabuela hubiera gritado si reparo : ¡ horror, terror y pavor¡ y hubiera acusado a la señora de escándalo público.
Ahora ya no. Sólo la mirábamos todos con los ojos como platos intentando imaginar a la misma señora echando la bronca a su hija por llevar la falda demasiado corta¡¡
Igual era una adorable abuelita, que hacía unas estupendas croquetas ( tenía pinta de hacer croquetas, y de comérselas también) pero el espectáculo experpéntico de su cuerpo serrano literalmente desparramado por el banco me costó mucho superarlo.
Hago un llamamiento con toda humildad y desde el corazón:
Señoras, por favor, por lo que más quieran, tengan ustedes cuidado con herir la sensibilidad del resto de la humanidad. El sol es bueno y recarga las pilas, pero hay que tomarlo con moderación y despelotarse de a poquitos, porque tan de repente le puede sentar mal a cualquiera.
Sobre todo al del banco de al lado.

Un poquito de por favor....

lunes, 14 de febrero de 2011

El día del Corte Inglés

Mi abuelo decía que hoy es el día del Corte Inglés.
También lo decía por el día del padre, o del abuelo, pero era porque le daba apuro que alguien le hiciera un regalo sin un motivo aparentemente lógico, y que sus hijos o sus nietos o su mujer, se gastaran dinero en algo que le parecía de mentirijillas.
Pero es que mi abuelo era muy generoso, y daba a diestro y siniestro, sin esperar nada a cambio.
El problema es que el resto de los hombres que pueblan este mundo, no son mi abuelo, y dicen lo mismo del  día de San Valentín ,para tener que ahorrarse el detallito a su querida.
Pues a mí me parece que está muy bien, y que es una excusa como otra cualquiera, para recordarle a tu churri, que le quieres y que te acuerdas de él.
Claro, a los hombres no les gusta este día porque no tiene coartada.
Me explico. Si a un hombre no le recuerdas que es tu cumpleaños o el aniversario, podría ser que se le olvidara y la culpa sería nuestra por no decírselo a tiempo.
Pero el día de San Valentín lo anuncian hasta en la sopa y el que no hace un regalito a su mujer, novia, amante,(o ambas) es porque no quiere.
Además, basta con entrar a uno de los susodichos centros comerciales y en la misma puerta tienes todo lo que una mujer podría desear y encima envuelto con un papel de corazones muy propio.
Se me ocurren cientos de ejemplos de cosas que harían feliz a una mujer:
Una flores, bombones, un collar, un pañuelo, un anillo, una bufanda, una pulsera, una colonia, unos guantes, una tarjeta, una cena,un broche, una tarta, lencería, un bolso, unos pendientes.... etc,etc, así que muy señores míos, me temo que lo tienen ustedes tan fácil que si no regalan nada es porque no les da la gana.
Ahora es tarde ya para dejar junto a la taza del desayuno una nota con un regalo, como miles de mujeres han hecho hoy con sus chicos, pero como dice mi hijo:
- Papá, tienes hasta la noche para solucionarlo¡¡¡
Upps, se me está viendo el plumero...

jueves, 10 de febrero de 2011

La buena educación

Soy una chica educada. Me porto bien, no digo tacos y en muchas ocasiones me muerdo la lengua antes que decirle a alguno lo que realmente se merecería oír.
Y eso está bien para algunas cosas, pero cuando el mundo anda como anda, y las noticias te sacuden en la cara todos los días, y los políticos, jueces, y hasta presentadores de la tele te mienten como bellacos, pensando que  el resto del mundo somos idiotas y nos lo creemos todo, una se crispa, y se desespera, porque esta educación judeo-cristiana que me han impuesto, me impide desahogarme como quisiera.
Así que he decidido, hacer como el Sr.Reverte, que es un escritor importante y con un verbo ilustradísimo, que dice tacos cuando el guión lo exige y no se sonroja por ello.
Algunos me dirán que también los cineastas españoles dicen que ellos sólo ponen sexo en sus películas cuando el guión lo exige, pero eso no se lo cree nadie ( porque a ver si Cenicienta es necesario que salga en bragas¡¡ por ejemplo).
No, yo hablo en serio, que poner a cada uno en su lugar, añadiendo un taquillo para reforzar no puede ser malo.
Hummm... lo voy a probar.
Empezaré diciendo que estoy hasta los c. de que me suban los p. impuestos, y además sea por nuestro bien. Y una m.¡¡ Ya les vale a esos cab. de politicuchos que se pasan el día tocándose los h. y pensando de qué manera nos pueden j. más.
Y cuando ya no puedes soportarlo, intentas ver un rato la j. tele y no salen más que p. contando sus avatares sexuales, o la t. de la Esteban que no sabe hablar de nada más que de los gi. de su familia.
Entonces sales a dar un paseo para airearte y está todo lleno de p. perros sueltos con sus imb. de dueños que mean en cualquier esquina, o señores gua. que escupen en el suelo y no puedes decirles:
-Oiga, váyase a su p. casa a escupir,cñ, -
porque te ponen de h. de p. para arriba.
¡Que p.m de vida!
Ufff¡¡ qué bien me he quedado.
Si mi educación judeo-cristiana no me lo hubiera permitido, en realidad hubiera tenido que decir:
Comenzaré comentando que estoy algo cansada de que me aumenten tanto los impuestos, y además sea sólo para ayudarnos.
No estoy de acuerdo¡¡ Es un poco frustrante que los señores políticos se pasen el día sin trabajar demasiado, pensando de qué manera hacernos la vida más durilla.
Y cuando ya estás al límite, intentas ver un rato la horrible programación de la tele, y no salen más que señoras de moral distraída, contando sus hazañas en las artes amatorias, o la no excesivamente ilustrada Sra Esteban, que no tiene a bien hablar de nada que no sea de su escandalosa familia.
Entonces sales a dar un paseo para desfogarte y está todo repleto de canes sin su correspondiente correa, con sus despistados dueños que orinan en lugares inadecuados, o personajes indecorosos que desahogan sus amígdalas en la acera y no puedes reprocharles diciéndoles:
-Disculpe, podría hacer eso mismo en su domicilio particular? gracias.-
 Porque se mofaría de una servidora de una manera terrorífica.
¡Que duro es vivir!

Creo que voy a pasar de la primera opción. Desahoga más y es más directa, pero está muy vista, y sinceramente es lo más fácil.
Voy a continuar desconcertando a la gente con un :
-Disculpe, le parece a usted correcto que su adorable perro haya hecho sus necesidades en el pavimento urbano, mientras unos inocentes niños intentan jugar a la pelota?-
Igual me hacen una pedorreta, pero yo seguiré siendo la de la buena educación.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Goofy y amigos

Buenos días:
Estaba yo pensando en una noticia que vi ayer en el telediario y que me hizo gracia.
Desde Disneyland París se pedía gente para trabajar, 35 horas semanales, con dos días de descanso, 1200€ limpios, durante los meses de Mayo a Octubre.
El requisito esencial era saber Inglés y Francés.
Las colas eran auténticas. Cientos de jóvenes y no tan jóvenes esperando una oportunidad para hacer de Cenicienta, o del Pato Donald, con unas ganas impresionantes.
Claro, muchos llevaban meses en paro y por un trabajo harían cualquier cosa.
Qué curioso es, y pensándolo un poco, qué triste también,que en este país, la gente se pegue por ponerse un disfraz de perro o de ratón y estar siete horas sudando, inflando globos para niños, a cuarenta grados a la sombra, y que el presidente de este nuestro gobierno, el que nos ha llevado a esta situación, y todavía se ríe de ello, no tenga currículum ni para hacer de Goofy.
Sí, es totalmente cierto. Al señor Rodriguez Zapatero, no le cogerían en este casting ni para ser Goofy.
Alto sí es, morro tiene, pero Goofy habla, así que ahí ya la hemos cagado. Podría ser Pluto, que no habla, o Donald, que no se le entiende lo que dice (como a él) pero para esos dos papeles hay que ser gracioso, y este señor no tiene ni p. gracia.
Sarkozy sí que tendría currículum para trabajar en el parque, porque habla idiomas, y el papel de Mickey Mouse que queda a la altura, y a la Sra Merkel seguro que le encontraríamos algo, por ejemplo la Tetera de La Bella y La Bestia, pero al nuestro....
Nada, es patético, pero cierto, ni en un parque temático le cogerían. Tremendo.
Y eso que su sueldo tiene unos cuantos ceros más que lo que van a cobrar los pobres de la cola de ayer.
Tampoco el resto de políticos se librarían de esta vergonzosa prueba, por supuesto.
Sólo unos pocos, que estén de Euro diputados o algo así podrían ocupar un puesto digno en Disneylandia, pero casi sería mejor que hicieran de segunda joroba del camello, para así no tener que decir nada y no dar la cara, que es lo que mejor hacen.
Dios mío, qué banda.
Prefiero a Goofy y amigos.

lunes, 7 de febrero de 2011

El Secador

Este pasado fin de semana, fui con mi familia a pasar dos días con mis suegros a Santander.
Cuando me disponía a hacer la maleta pensé:
- Voy para día y medio, y no me voy al desierto sino a una ciudad habitada, a una vivienda habitual, con numerosas tiendas alrededor y gente normal viviendo en ella. Así que, muchacha, no vayas a llevar cosas sin sentido como la Epilady, que no te va a hacer falta.
Así que hice la bolsa con las cuatro cosas necesarias, y no metí el botiquín de emergencia, o los bañadores, por si nos quedábamos allí atrapados hasta el verano.
En el último momento me vino una duda: ¿llevaré el secador de pelo? Me lo acabo de lavar, así que allí no lo voy a hacer, pero.. y si necesito un retoque? Que Santander y su humedad desbordante son de sobra conocidos¡!
Pero no, mi suegra tiene secador, y el mío ocupa mucho, no lo voy a llevar.
Y nos fuimos a la "Bella Tierruca"
Al llegar a casa de mis suegros nos recibimos mutuamente con los preceptivos:
-¡Qué alegría¡ Cuánto tiempo¡ Qué guapa estás¡ ( esas cosas que nos decimos las nueras-suegras)
Y mi suegra añadió:
-Me habéis pillado por los pelos, nunca mejor dicho, porque acabo de llegar de la pelu.
Es que esta mañana he quemado el secador, y lo he tenido que tirar a la basura, así que me he ido corriendo a la peluquería¡!
Mi marido la miró como diciendo: Y a mí que me importa?
Y yo puse cara de: Horror, terror, y pavor¡¡¡
E inmediatamente me puse a rezar para que la niebla diera paso a un sol abrasador que acabara con el 80% de humedad que reinaba en ese momento en el ambiente.
Bueno, que no cunda el pánico, pensé, quizá no tenga necesidad de usar un secador, y ya buscaré una manera de dormir para no levantarme como el león de la "Metro".
Por la tarde todos querían salir a pasear, y tras varios intentos de quedarnos en casa jugando al parchís, me rendí, porque no podía decir que no quería salir a la calle por el tema del erizado capilar.( Además de que odio jugar al parchís y se me estaba viendo el plumero).
Así que terminé dando un paseo por Piquío, mientras el rocío impregnaba sin piedad mi cabellera.
Cuando volvimos a casa, efectivamente, yo ya estaba como el susodicho león, pero ya era de noche y me calcé una diadema que disimuló el desaguisado, y me acosté con la esperanza de aplacar un poco los ánimos y levantarme con una solución.
A la mañana siguiente, el "problema" lejos de mejorar, había alcanzado cotas insospechadas y ya no parecía un león, sino la madre que lo paríó, o como bien apuntó mi observador hijo: - mamá, estás igual que Goku Super Saiyan (el de Dragón Ball)-
Y qué podía hacer?
Sin secador eran imposible volver a dar forma a ese flequillo infernal¡!
Casi llegué a echar de menos un secador de esos de hotel, que en vez de secar, parece que escupen, y que además te están haciendo el favor de funcionar cinco minutos, aunque parece por el ruido que les estás estrujando las tripas.
Así que me planté una horquilla de refilón a mitad de la frente a lo "Rebelde Way", que por supuesto sólo le queda bien a las monísimas chicas  "rebeldes", y que a mí me quedaba como el culo.
Y así de esta guisa, salí al parque con mis hijos y mi marido.
Mis niños, por prudencia no decían nada, y me miraban con cara de susto, pero mi marido torcía el morro y preguntaba de vez en cuando: ¿ Y esa pinta? Está de moda o qué?
Me negué a hacerme una fotos en la Magdalena, porque no pensaba quedar para la posteridad con esa facha, y mi señor esposo no era capaz de entender que un simple secador me pudiera amargar el fin de semana.
Pero sí que lo hizo, sí, y me gustaría creer que no soy la única que se pone de muy mal café si le pasa algo así no?
Ellos no irían jamás a jugar al fútbol con ejecutivos hasta la rodilla porque se les han olvidado los calcetines de deporte, o si?
O jamás saldrían a cenar en pantalón corto porque se han confundido al hacer la maleta, o si?
Bueno, casi prefiero que no me contesten, porque de los hombres me espero cualquier cosa .
De todos modos, para que os quedéis tranquilos, esta historia nunca pasó así.
Porque en realidad, todo esto fue un sueño que tuve el viernes, así que el sábado al levantarme, lo primero que hice fue meter mi secador en la maleta. Mujer precavida, vale por dos.
Pero... a que os habíais asustado?

viernes, 4 de febrero de 2011

Los Placeres Prohibidos

Es curioso, y a la vez muy triste, que casi todo lo que nos apetece hacer, o es un pecado o malo para la salud.
Lo del pecado lo tenemos bastante superado, pero cada vez nos preocupa más lo de la salud, y así no hay manera de darse nunca un homenaje.
Por ejemplo: hay miles de personas a las que les encanta el chocolate. Vale. No digo que nos pongamos tibios a comer tabletas, o bombones, pero yo sin ir más lejos, me tomaría ahora mismo un riquísimo donuts de chocolate.
¡que rico, por favor¡
Qué pasa? Que inmediatamente después de zamparme el donuts empezará una terrible sensación de culpabilidad, por haber caído en la tentación, y pensaré en cómo compensar esta tragedia. De modo que al mediodía sólo me comeré una zanahoria, y a las cuatro de la tarde, cuando la zanahoria esté en el dedo gordo, me moriré de hambre, pero como seguiré sintiéndome culpable sólo tomaré agua hasta las nueve de la noche, en que, desmayada, me zamparé un pedazo de bocadillo que ni Carpanta.
Con lo cual, habré hecho un pan como unas tortas, y el donuts me habrá salido muy caro.
Pero los placeres no siempre tienen que ver con el estómago. Hay muchos más.
Imaginemos que llegamos a casa muertos del trabajo y nos vamos a dar una relajante ducha de media hora con agua super caliente. Es una gozada, verdad?
Pero al cuarto de hora bajo el agua ( si consigues no pensar en la factura del gas) de pronto recordarás ese "cosmoconsejo" que dice que no debemos estar tanto tiempo en la ducha porque se nos deshidrata la piel y vamos a parecer un higo, en la cena de empresa del viernes.
Oh my god¡ Con lo cual salimos como escopetadas de la ducha y empezamos a hacer la lista del exfoliante, el iluminador y el purificador que habremos de comprarnos para contrarrestar los quince minutos de placer bajo el agua. Así que la ducha nos sale carísima ( además de por lo del gas).
Otro placer inigualable al menos para mí, es tomar el sol. Es maravilloso estar tumbado al solecito, con el calor sobre tu cuerpo y descansando la mente. A mí me recarga las pilas. Pero a los veinte minutos empiezas a notar que te quema la cara y comienzas a ponerte nerviosa por si te habrás quemado, o te van a salir arrugas como una pasa, y volvemos a remitirnos a los cosmoconsejos ( de los cojones) y terminamos añadiendo un antimanchas a la lista del exfoliante, purificador e iluminador de antes.
De verdad, no hay derecho, quieren por favor dejar de machacarnos de esa manera?
 Así no hay manera de ser feliz¡¡¡
Un día me voy a revelar y me voy a ir a la playa a tomarme un donuts y luego a un Spa a bañarme durante tres horas¡¡¡
También he de decir que se me ocurren otros placeres que no engordan, ni arrugan,,, ( y si son pecado me la suda), pero es que son sólo las diez de la mañana¡¡¡
Tendré que esperar al Fryday Night.
En fin, si no me queda otra......

jueves, 3 de febrero de 2011

Barça- Madrid

No soy muy aficionada al fúlbol. Bueno, en realidad, en honor a la verdad, debo decir que odio el fútbol con toda mi alma, y en más de una ocasión he rezado para que un meteorito gigante cayera sobre algún estadio concreto en un momento preciso y acabara con todo.Pero eso no significa que no me interese saber lo que pasa en otros deportes. Tampoco soy muy aficionada a la Macroeconomía , pero intenso saber lo que se cuece en Bruselas. Pues esto es lo mismo.
Lo que pasa es que en la televisión es bastante difícil saber nada más sobre deporte que no sean las aventuras y desventuras del "Barça- Madrid" y sólo con su permiso y si los treinta segundos que restan se lo permite, podemos saber si Edurne ha coronado otro 8000, Contador va o no al Tour, o si los chicos del Balonmano has ganado una medalla.
Por no decir que la paz del hogar se ve seriamente afectada, cuando el marido se dispone a ver en televisión una semifinal super interesante e igualada, y te ponen un partido intrascendente del todo porque es el Barça, o el Madrid y punto. Y el resto del mundo mundial que se fastidie.
También es digno de hacer un estudio sociológico lo de los periodistas deportivos en sus tertulias. Si tu pones la radio con la conversación empezada, oirás una discusión acaloradísima y pensarás que están discutiendo por lo menos sobre el orden mundial, pero al escuchar un poco te das cuenta de que en realidad hablan de si Mou le ha echado una mirada terrible a Valdano, de la cual sólo se ha percatado un periodista, y el periodista de enfrente lo niega como si la vida le fuera en ello.
De verdad a alguien le interesa saber cómo se llevan en privado esos dos señores?
Y no me digan aquello de que el fútbol mueve a las masas, porque también las mueven las "Belenes Esteban" que se reparten por las televisiones de todo el mundo, y estamos de acuerdo en que son un bodrio ¿no?

De todos modos, con toda humildad y desde mi más profunda ignorancia yo lanzo una cuestión:
Si en esta liga de este nuestro país, sólo pueden ganar dos, porque están a años luz de los demás, y encima uno de ellos no puede  perder ni dos partidos porque entonces ya no tiene opciones...
No es un auténtico rollo?
Me estoy acordando de esos campeonatos mundiales de dardos, en los que los jugadores tiran quinientas veces y las quinientas dan en el centro de la diana. Eso un petardo, no tiene emoción ninguna.
Lo guai sería que a alguno se le escapara el dardo y pudiera dar a la pared o al juez que está dos metros a la derecha, pero si siempre dan en el mismísimo centro...
Pues esto es igual. Si el que gana, lo gana todo, y siempre es el mismo, es un rollazo.
Por qué no hacen , mejor, una super liga, de super clubes, con super jugadores, y sus supersueldos, en toda Europa y así dejan a los demás que jueguen al fútbol?

Cuando yo era pequeña, había colegios cutres, normales, y pijos, y cada uno sabíamos cuál era nuestro lugar. Los cutres odiaban a los pijos y viceversa. Los pijos solían ser los que ganaban el premio especial de bachillerato, las olimpiadas matemáticas, y la campaña de la operación kilo, y los cutres eran los que se lo pasaban pipa y no tenían odiosos uniformes. Todos pensaban que lo mejor era lo suyo y no intentaban cambiar las cosas.
Si no se puede jugar contra el Barça-Madrid porque no se les puede ganar nunca, pues que jueguen entre ellos siempre, y cuando digo siempre, es siempre,  hasta que se aburran, porque a decir verdad, al resto del mundo nos tienen bastante aburridos.
Y cuando digo bastante es hasta los....BASTANTE¡¡¡

miércoles, 2 de febrero de 2011

Verdades

Llevo dos horas estudiando euskera con mis hijos. De un cuarto a otro, verbo por aquí, frase por allá, diccionario en mano y con la palpable convicción de que lo estoy haciendo mal.
Me gustaría tener el temple del presidente Zapatero, que aunque sepa que no está diciendo nada, o que lo que está diciendo es una mentira como un templo, lo hace con tal aplomo, que todavía hay incautos que le creen.
Pero yo no tengo ese porte.
A mí se me nota que estoy insegura, que no me acuerdo de nada y que esto me supera.
Y por ello me preparo, me repaso los temas, e intento que aquello que digo sea al menos fiable, y si no sé  algo, lo busco o les remito a su profesor.
Los políticos, no. A ellos les da igual si lo que dicen puede ser remotamente parecido a lo que es en realidad.
A ellos les importa el impacto mediático que tenga lo que sueltan en los cinco minutos posteriores, luego ya se irá diluyendo.
Que el paro ha subido estrepitosamente? Pues digo que ya bajará el próximo semestre.
Que vamos a tener que trabajar per sécula seculorum? Pues digo que así tendremos las pensiones, fijo.
Que cada vez hay más violencia de género? Pues digo que son homicidios, no asesinatos.
Que me pillan en un renuncio? Pues donde dije digo, digo diego
Yo no soy político, pero tengo en mis manos la vida de mis dos hijos, y no juego con ella, ni con sus esperanzas, ni con su futuro, mucho menos si es a costa del mío, o más bien para costeármelo.
Porque me juré a mi misma que daría mi vida por ellos, y aunque odie estudiar euskera, o inglés, o me repatee estar tres horas en el parque, o se me haga un mundo ir a un cumple en un chikipark, lo haré porque es mi trabajo, no remunerado, ni agradecido, ni considerado, ni recordado. Pero mi trabajo a fin de cuentas. Y yo lo elegí.
Igual que los políticos.
Pero yo les diré también la verdad, aunque cueste entenderla, aunque sea una faena, porque prometí no engañarlos, y voy a cumplirlo.

¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces,
 si dices la otra mitad.

martes, 1 de febrero de 2011

El fracaso escolar

Nos han puesto verdes, para variar, en Europa por ser los que mayor fracaso escolar tenemos.
Y qué esperaban? Los socialistas nada más llegar al gobierno se cargaron la anterior reforma educativa y se dedicaron a decir que no había que presionar a los jóvenes, que ya ellos solitos se iban a volver super-responsables. Así que ya no repite nadie si los papis no quieren y los críos van pasando de curso sin tener ni repajolera idea de nada, hasta que ya es demasiado tarde para reaccionar.
Además de esto, el tema de la inmigración tiene mucha relación, aunque no sea políticamente correcto comentarlo. Pero es que esos niños que llevan la llave de su casa al cuello, con nueve años y se pasan la tarde solos, porque sus padres está trabajando, y nadie vigila, que hagan los deberes.. de verdad alguien se cree que va a salir de ellos estudiar? Si no tienen hábito ninguno, y nadie les exige nada, los niños, que para eso son niños, no robots, se tocarán las narices y se pasarán la tarde jugando a la Play.
Y si con 16 años, les sale mejor tener un sueldo, para comprarse lo que quieran, que estudiar una carrera, pues elegirán lo primero. Ahora está algo más chungo, pero hace cuatro años, muchos jóvenes se fueron de cabeza a trabajar en puestos no cualificados, pero bien pagados, y pasaron olímpicamente de los estudios.
Y ahora están en el paro, con una mierda de currículum, y ya sin posibilidad de marcha atrás.
A los de aquí también les va a pasar igual, si no hay nadie, ni en el colegio ni en su casa, que les exija un mínimo de responsabilidad, desde la más tierna infancia, para que ellos vean que el esfuerzo, se premia, que estudiar , si no garantiza, al menos facilita un futuro mejor, y que repetir no es una condena a muerte, que se les metió el miedo en el cuerpo y por no repetir a tiempo, hay miles de alumnos perdidos en cursos superiores, con un atraso difícil de solucionar.

Gracias señor Gabilondo, lo ha hecho usted, casi tan mal como sus antecesores, y eso que usted promería, que al menos es catedrático.